El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ha defendido que muchos casos de personas que sienten atracción hacia otras del mismo sexo "pueden ser resueltos positivamente, con una terapia apropiada, especialmente si la práctica de actos homosexuales no se han enraizado".

En una entrevista a Religión en Libertad, la primera que concede tras la polémica homilía de Viernes Santo televisada por TVE, Reig Pla ha respondido positivamente a la posibilidad de cambio en las personas gais. "Con la ayuda de la gracia de Dios y acompañados por sacerdotes, orientadores y catequistas y ayudados, en su caso, por profesionales, las personas con orientación sexual hacia el mismo sexo pueden vivir en castidad (dominio de sí); no sin combate, pero la vida de todo cristiano que quiere vivir según la voluntad de Dios implica batallar contra las propias concupiscencias hasta el mismo día de la muerte", dice.

INTERVENCIÓN DE LOS PADRES En este punto, el obispo ha recordado que el Pontificio Consejo para la Familia indicó que "los padres cuando advierten en sus hijos, en edad infantil o en la adolescencia, alguna manifestación de dicha tendencia o de tales comportamientos, deben buscar la ayuda de personas expertas y calificadas para proporcionarle todo el apoyo posible", y añade: "muchos casos, especialmente si la práctica de actos homosexuales no se ha enraizado, pueden ser resueltos positivamente con una terapia apropiada".

Profesionales del mundo de la Psiquiatría han rebatido las declaraciones del obispo Reig Pla, asegurando que "no tiene sentido hablar ni de curación ni de terapia" ya que "no se considera una enfermedad".

Así lo ha asegurado el psiquiatra José Cabrera, recordando que "la homosexualidad no está etiquetada como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es el máximo organismo sanitario del mundo". En los mismos términos se ha referido el jefe de del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Jerónimo Saiz: "Lo del obispo hay que enmarcarlo dentro de una postura ideológica", según ha explicado Saiz, ya que "desde el punto de vista médico y científico no se puede sostener".