La personalidad del copiloto de Germanwings que condujo voluntariamente al Airbus A320 hacia su trágico final en los Alpes franceses no es la única pista que siguen los investigadores franceses encargados de reconstruir el rompecabezas en el que se ha convertido el caso. El general Jean-Pierre Michel, desplazado a Düsseldorf como parte del equipo galo que colabora con las autoridades alemanas en la investigación del siniestro, señaló ayer que la de Andreas Lubitz es una pista "seria pero no la única", dejando así la puerta abierta a otras hipótesis, como la de un "error involuntario o un fallo técnico", según informan los medios franceses. Por otra parte, los equipos de rescate anunciaron anoche que podrían haber encontrado los restos de Lubitz, lo que permitiría saber si en el momento de la muerte estaba consumiendo algún tipo de medicamentos.

En este momento, los elementos de que disponen los investigadores sobre la vida del joven copiloto son poco concluyentes y no han encontrado hasta ahora "ningún elemento particular", como una ruptura sentimental o un problema profesional, que pudiera explicar el gesto de Lubitz. El general francés puso igualmente de relieve la importancia de localizar la segunda de las cajas negras del avión, la que contiene los parámetros de vuelo, para saber qué es lo que pasó en los últimos minutos antes de que el aparato impactara contra la montaña.

Del registro sonoro de los últimos 30 minutos de vuelo se deduce que Andreas Lubitz impidió la entrada en la cabina al comandante, Patrick-Philipp Sonderheimer, e inició voluntariamente las maniobras de descenso. Pese a todo, el fiscal francés del caso, Brice Robin, mantendrá la calificación de "homicidio involuntario" aunque, tal y como reconoce en una entrevista al diario local La Provence, estuvo a punto de considerarlo como "homicidio voluntario".

"Estuvimos a punto de reformularlo, y lo pensé, pero al final mantenemos la calificación de homicidio involuntario", señala. Su argumento es que, por lo que ha trascendido por el momento, se demuestra "una voluntad de querer destruir el avión", pero cuando se trata de homicidio voluntario, tiene que existir "la conciencia de querer matar". El fiscal agregó que no abrirá diligencias mientras no hayan finalizado las tareas de recuperación de los cadáveres.