Una cuestión esencial antes de abordar un plan de actuación urgente es negociar con las contratas qué necesidades existen, qué es más prioritario y cómo ejecutar el dinero que se dedique a atajar el problema. Y hacerlo con FCC, con la que Cubero lleva enfrentado desde el inicio de la legislatura, y con Umbela, a la que acaba de cuestionar su continuidad a final de año si no readmite a un trabajador que despidió. No se antoja fácil.

El concejal Alberto Cubero recordó ayer que actuar sobre el arbolado, aparte de la «voluntad» del Gobierno, requiere de una modificación de créditos del presupuesto que implemente la partida de 870.000 euros para FCC y hasta 200.000 para Umbela que se dedican a la poda. Es decir, es una cuestión de sumar mayorías en el pleno para dedicar una cuantía determinada y, lo que es más importante, decidir de dónde se detrae.

El ayuntamiento tiene tajo para empezar a actuar sobre el arbolado en grave riesgo. De los más de 100.000 ejemplares existentes, hay 10.454 cuyo estado de conservación es muy malo y amenazan con caerse, a la vía pública. Es la denominada categoría D que figura en los mapas de riesgo que tiene el ayuntamiento. Otros 6.161 también requieren de intervención, los de la categoría C, siendo su estado malo. En total suman 16.615 árboles.