Juan Cruz, lo que pudo ser

La recta final del mercado de enero fue intensa en el Real Zaragoza, con la opción de Juan Cruz muy latente hasta el último momento. El extremo del Betis dio el sí al club aragonés, con el director deportivo, Juan Carlos Cordero, durante varios días en Sevilla negociando esa cesión que la entidad verdiblanca dejó hasta el final en el aire para abrirle la puerta hacia el Leganés, la opción favorita en Heliópolis porque el conjunto pepinero ya era líder y apuntaba, y lo sigue haciendo, a un ascenso que le va a suponer de consumarse un importante ingreso, de dos millones de euros por el 60 % de los derechos económicos del futbolista nacido en Argentina y criado futbolísticamente en el Málaga.

Cordero deja prácticamente cerrado en Sevilla el fichaje de Juan Cruz

Esa fue la diferencia fundamental, la visión del Betis, porque Juan Cruz estaba decidido a llegar al Real Zaragoza y Cordero contaba con su respuesta afirmativa. El Leganés tuvo que esperar al último día del mercado, el 1 de febrero, para dar algunas salidas, principalmente la de Darío Poveda al Cartagena y la de Josema al Ruch Chórzow polaco, para liberar margen salarial que le permitiera encajar las llegadas de Brasanac (Osasuna) y de Juan Cruz, por el que dos días antes del cierre no podía asumir los 250.000 euros del salario del extremo hasta junio.

Y entonces la situación daba una ventaja clara al Zaragoza hasta que el Betis le señaló el camino de Butarque en una operación en la que el club verdiblanco, que firmó una gran revolución en ataque en enero (Bakambu, Fornals o Chimy Ávila) en esos últimos días de la ventana invernal, manejó los tiempos hasta el último día, sabiendo que el jugadar, que había renovado en diciembre hasta 2027, era una pieza codiciada en Segunda y por el que el objetivo era obtener un traspaso en caso de ascenso del equipo al que fuera cedido.

Segunda tentativa

El Zaragoza ya lo había intentado el verano pasado, pero Cruz apostó por quedarse en el Betis y fue el Tenerife el que más trabajó esa vía en invierno, con el Zaragoza, el Leganés y el Elche siempre pendientes y con la idea puesta en su fichaje. El Betis iba a primar las posibilidades de ascenso y por ahí el club aragonés tenía las de perder. Entonces, a finales de enero, estaba en la zona media-baja de Segunda, aunque no demasiado lejos del playoff, pero peor que un Leganés líder y hasta de un Elche que era noveno. Juan Cruz puso rumbo al Leganés, donde le costó hacerse con la titularidad. Dos partidos sin minutos (Valladolid y Levante) nada más aterrizar y una participación en aumento ante Alcorcón, Racing y Eibar para salir ante el Amorebieta por las molestias de Miramón y firmar el gol de la victoria.

Después, ha estado siempre en el once de Borja Jiménez, en los últimos 6 partidos, con otro tanto en la goleada frente al Mirandés, alternando el puesto de interior diestro cuando el Leganés ha jugado con defensa de cuatro con el de carrilero cuando se despliega en una zaga de tres centrales, una polivalencia que daba la razón al Zaragoza, que entonces con Velázquez jugaba en esa disposición táctica de forma más habitual. Suma desde principios de febrero 615 minutos, dos goles y una asistencia, con un rendimiento creciente, siempre partiendo desde la diestra pese a su condición de zurdo, algo que ya hacía en el Betis para aprovechar su buen disparo cuando se mete a zonas interiores.

El extremo nacido en Quilmes (Argentina), de 24 años cumplidos esta semana, tenía clara en enero su salida porque estaba participando muy poco en el Betis, ya que en ese equipo en esta temporada solo había jugado en cinco partidos de Liga, todos de suplente, y en tres de Copa, también saliendo desde el banquillo. Al Betis arribó a su filial en 2021 procedente del Málaga, donde se formó en su cantera desde alevines tras trasladarse con su familia desde Argentina.

Suscríbete para seguir leyendo