El Ayuntamiento de Zaragoza descarta adherirse al Fondo de Liquidez que ofrecía el Ministerio de Hacienda a los ayuntamientos porque, según explicó ayer el vicealcalde Fernando Gimeno, se tendría que haber renunciado a seguir subvencionando el transporte público. Una decisión política que se habría traducido en un incremento del precio del billete para el usuario del autobús y el tranvía, ya que con lo que se ingresa por la venta directa de títulos de transporte no se llega a cubrir ni el 50% del coste real del servicio.

Así lo aseguró Gimeno, quien apuntó que entre la gratuidad que se ofrece a determinados colectivos (jubilados o personas con escasos ingresos familiares) y la congelación de precios impuesta por los compromisos adquiridos con Chunta e IU, el billete lleva tres años costando lo mismo.

En realidad, el precio medio que se ingresa por los usos que se contabilizan anualmente en ambos servicios, supone que la aportación de los usuarios no llega a cubrir ni la mitad de lo que cuesta mantenerlos. Teniendo en cuenta que el transporte está costando cerca de cien millones al año, el precio medio por billete utilizado que se paga ronda los 40 céntimos. Así que la decisión de adherirse o no era sencilla: "La conclusión es que no debemos, más que no podemos", dijo el vicealcalde, quien añadió que esto supone que, como el año pasado, se cierre el ejercicio con "21 millones de facturas pendientes de aplicar al presupuesto (llamadas facturas en los cajones) antes que imponer a los vecinos que paguen el cien por cien del coste del transporte".