La patronal de las concesionarias de autopistas de peajes españolas, Aseta, ha remitido al Ministerio de Fomento un estudio que plantea implantar un peaje para todo tipo de vehículos en vías de alta capacidad hasta ahora gratuitas: autopistas libres, autovías y carreteras con dos carriles por sentido. Pero también en las carreteras secundarias paralelas a ellas. Es decir, no prevén que nadie se escape del pago a no ser que quiera buscar rutas rocambolescas. En Aragón, sin contar estas últimas vías, la medida afectaría a 624 kilómetros de vías, con datos del 2010.

El estudio de Aseta se justifica por "la falta de recursos públicos para ampliar y mantener la red de carreteras", además de "la necesidad de racionalizar su gestión y corregir sus ineficiencias". Para ello, el plan sería cobrar peaje a todo tipo de vehículos, si bien los pesados --de más de tres toneladas y media-- pagarían 0,129 euros por kilómetro. Para el resto ofrecen dos tarifas alternativas, la versión barata, de 0,023 euros por kilómetro --la cuarta parte de la que se aplica actualmente en autopistas-- y la de 0,043, un tercio de la tarifa para vehículos pesados.

El peaje propuesto para los de gran tonelaje se basa en la normativa de la Euroviñeta, una directriz de la UE que se aplica ya en países del entorno como Francia. La del resto es una propuesta de la patronal, cuya fundamentación no queda muy clara en el informe remitido a Fomento.

INTENSIDAD En cualquier caso, por las alusiones del documento, parecen tener en cuenta las intensidades de tráfico en las vías, que cuantifican en 22.514 millones de vehículos por kilómetro al año. Estos supondrían un 8% del total, con lo que este quedaría en 258.914 millones de vehículos por kilómetro al año.

Sin embargo, estas medias están a años luz de los datos que arrojan las principales vías aragonesas. Según datos de intensidad media diaria del 2010, extraídos de la web del Ministerio de Fomento, el tráfico anual de la Ronda Norte de Zaragoza rondaría los 10.600.000 vehículos, la A-2 hacia Madrid, 7.300.000, la autovía de Huesca, 5.900.000 o la mudéjar, 3,300.000 vehículos al año.

Sea cual sea el sistema estadístico que utiliza la Aseta, sus estimaciones arrojan un beneficio a nivel nacional de entre 9.276 y 14.195 millones de euros al año, según se aplique la tarifa cara o barata para los vehículos ligeros.

Pese a que el plan sería pagar por usar carreteras hasta ahora gratuitas, y también incluiría en algunos casos las que no habría más remedio que usar, los técnicos que han pergeñado el informe --Bruno de la Fuente, como autor, y José Luis Feito como coordinador-- ofrecen una gama de posibles descuentos. Como apuntan, "la introducción del pago por uso de manera generalizada podría suponer un claro perjuicio para los usuarios que no disponen de otra alternativa (...). En este sentido se deberían valorar políticas especiales de descuentos en casos de movilidad obligada, de manera que el impacto impositivo en el usuario fuera el menor posible".

DESCUENTOS Con estos descuentos para clientes habituales, de entre el 30% y el 50%, los ingresos podrían mermar entre 932 y 1.948 millones de euros al año, dependiendo de la tarifa. Es decir, unos beneficios totales de entre 8.344 y 12.247 millones de euros anuales. A ellos habría que restarles, según el informe, unos gastos de explotación de 385 millones anuales y 1.975 como inversión inicial para poner en marcha el servicio, que según sugieren "podría subcontratarse a una empresa privada como un contrato de colaboración público-privada".

Aparte del beneficio económico, el motivo de la remisión de este plan a Fomento ha sido que "el peaje es un instrumento muy eficaz a la hora de regular el tráfico y mejorar los graves problemas de congestión existentes" en los accesos a las ciudades. Un concepto este último que, por las cifras de intensidad de tráfico que maneja la patronal del peaje, quizá solo se refiera a Madrid y Barcelona, pero que en lo referente al pago extienden a todo el país.