El timbre insiste y el silencio responde. El que fue el hogar de un comisario durante los tres meses de la Expo pasa a engrosar la creciente lista de pisos vacíos que van quedando en el edifico Hydros en la avenida Ranillas. Muchos trabajadores de diferentes procedencias continúan su labor en la Expo, desmontando las instalaciones o supervisando las tareas. Otros ya partieron hacia su lugar de origen, y los hay que aprovechan estos días para conocer mejor Zaragoza, Aragón, o Europa.

Este es el caso de Dusan Horniak, comisario de Eslovaquia que vive desde mayo en uno de los pisos de Hydros. Coordina las actividades de desmontaje de su pabellón pero no se irá hasta el 31 de octubre. "Quiero conocer bien Zaragoza y viajar por España, estos días han sido tan intensos que no da tiempo a hacer nada", indica.

Opinión que comparte Natalia Sequeiros, otra inquilina del bloque semivacío. Su puesto como subdirectora del pabellón de Andalucía no le ha dejado tiempo libre para el ocio. Vuelve a casa en pocos días, pero antes todavía le queda trabajo. "Tenemos que hacer la grabación del pabellón y después desmontar todo", afirma.

Describe la Expo como una experiencia muy buena, y destaca el carácter de los aragoneses. "No conocía la zona de Aragón y me ha sorprendido muy gratamente el trato con la gente, muy cercana, muy atenta, excepcionalmente agradable", afirma. Con una mano en las maletas señala que ya tiene que empezar a limpiar el piso.

Algo que ya hecho Juan Guiraud, actor en el espectáculo del Hombre Vertiente que sale del edificio cargado de mochilas. Va a pasar dos semanas en Francia haciendo un curso de circo. Según cuenta, la muestra internacional le parece un gran lavado de dinero. "Como idea está bien, pero hay mucha corrupción en las formas", indica. Después del curso volverá a Argentina. Se aleja del edificio, ha terminado de verter agua.