El patronato del Museo de Lérida no se ha quedado parado mientras se gestaba el primer envío de piezas al monasterio de Sijena. El pasado viernes presentó un nuevo contencioso reclamando compensaciones económicas a la orden religiosa que vendió los bienes a la Generalitat de Cataluña en 1983 y 1992, y al MNAC en 1994. El centro cultural argumenta que si la venta es nula, tal como afirma la sentencia que obliga a devolver las obras, y la propiedad sigue recayendo en la orden religiosa, esta deben pagar por los costes de mantenimiento y restauración de las piezas realizados desde el año 99, momento en que se creó el consorcio. Además reclaman los 40 millones de pesetas que se pagaron en la época.

Por su parte, el consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila, afirmó que el actual embrollo del arte sacro es "un conflicto de legislación civil en relación a si una compraventa se hizo de buena fe o no, y no un conflicto entre pueblos". También precisó que las gestiones sobre las que están trabajando "son heredadas" del anterior Ejecutivo y consideró que la situación "solo se acabará resolviendo con generosidad, diálogo y voluntad de acuerdo con todas las partes implicadas que desafortunadamente estamos enfrentadas".

Sin embargo, y a pesar de las buenas palabras, el consejero insiste en mantener su propia hoja de ruta y destaca que el proceso se basa en "una sentencia incorrecta, injusta y que no atiende el principio de prudencia". El Gobierno catalán ya ha intentado varios recursos con los que esperan llegar si es necesario al Tribunal Supremo.