Este nuevo modelo de negocio de entrega a domicilio, además de modificar el patrón de consumo de los clientes y la manera en la que las empresas ofrecen el producto, también ha cambiado la operativa, la estructura y el servicio de las compañías que se dedican a ello. Por lo general, son empresas con una estructura menor, que se nutren del trabajo de repartidores autónomos, una fórmula relativamente nueva con detractores y partidarios.

Deliveroo ha publicado los resultados de una encuesta, realizada por la consultora independiente Morar, para identificar el nivel de satisfacción de 345 riders de Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza. En ella, un 68% de ellos dice completar los ingresos obtenidos en su trabajo con Deliveroo con una fuente principal de ingresos en puestos de oficina u hostelería o a través de actividades de emprendimiento, entre otras. El 50% destaca como principal beneficio la flexibilidad y la posibilidad de adaptar los turnos de reparto a otras dedicaciones. En este sentido, el 82% valora la capacidad de acomodar el trabajo a su vida personal. Asimismo, un 58% de los riders en España explican que Deliveroo representa una forma flexible de financiar objetivos personales a largo plazo, como el pago de estudios, viajes y ahorros para emprender y desarrollar proyectos profesionales. En definitiva, el 80% de los riders que han participado en la encuesta afirma estar satisfechos con su colaboración con Deliveroo y el 65% tiene intención de continuar trabajando con la compañía en el próximo año.

En la calle algunos repartidores tienen una opinión distinta, aunque prefieren no revelar su identidad. Los glovers son trabajadores autónomos a los que la empresa les facilita una mochila corporativa, una batería externa, un chubasquero y un cubrepantalones. El resto corre a cargo del repartidor. Estos trabajan a partir de una aplicación móvil donde tienen un perfil en el que aparece la valoración del cliente y la fidelidad, ambas puntuadas sobre cinco. «Esas dos notas van a hacer que dispongas de más horas para trabajar o no. Dependemos de una fidelidad que no sabemos muy bien cómo funciona», explica un repartidor zaragozano, que añade que no tienen «unas horas garantizadas».

«Falsos autónomos»

Además añade que están en «una situación de falsos autónomos». «No podemos elegir con libertad nuestros horarios de trabajo, no negociamos nuestro servicio y no se nos avisa de la bajada o desaparición del garantizado, también utilizamos una tarjeta de crédito que nos dan ellos para realizar los pagos», argumenta. Este joven revela que después de pagar su cuota de autónomos, el IVA y el IRPF le quedan unos 500 euros netos al mes trabajando unas 40 horas a la semana.

Otro de ellos, que trabaja en Deliveroo, reconoce que le «gusta ir con la bici y repartir» pero cree que están «explotados» y que trabajan «como falsos autónomos». «Nos dicen las horas que tenemos que trabajar y dependemos totalmente de la empresa», indica. Él trabaja para Deliveroo como complemento a otro trabajo también de reparto y reconoce que los compañeros que ha conocido «son estudiantes». La media que consigue facturar al mes está en los 400 euros.

Los repartidores de Glovo de Zaragoza han tenido varias reuniones con el coordinador de la capital aragonesa. En una de ellas le entregaron una lista de reivindicaciones entre las que figuraba «un kilometraje real y no en línea recta», «un bonus por cierzo» y «una subida de la base por cada pedido de 2,8 a 3 euros», una condición que consiguieron negociar.

Los riders que trabajan para Deliveroo en Madrid y Barcelona se concentraron el viernes para reclamar una mejora de sus condiciones. El colectivo denunció que la empresa quiere que acepten un nuevo contrato que les obligará a trabajar más horas con una compensación por pedidos entregados, sin garantizar las dos entregas mínimas por día que existían hasta ahora.