Como máximo 60 días. El plazo legal que establece la ley de morosidad para las Administraciones locales para pagar las facturas de los proveedores será de obligado cumplimiento para todos los servicios municipales. Ni directrices políticas ni demoras en la gestión por causas sin justificar, a partir de ahora solo podrán pasar dos meses desde que la empresa reclame el cobro a través del Registro municipal y esta ingrese la cantidad solicitada por la prestación de sus servicios. Ese es el contenido que, básicamente, ha remitido el responsable de Economía y Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, a todos los servicios del consistorio.

El objetivo de esta instrucción es, según explicó él mismo ayer al finalizar la reunión del Gobierno, acabar con "el limbo en el que las facturas ni se rechazan ni se confirman" y, de paso, hacer aflorar todas aquellos impagos pendientes de consignar en el presupuesto municipal, la "famosa cuenta 413".

El procedimiento es sencillo. Primero el proveedor reclama el cobro presentando la factura. En el mismo momento que entra en el registro empieza a contar el reloj para que los responsables "rechacen la factura o la confirmen". Una vez dado ese paso, correrá para los responsables de la tesorería, que dispondrán de otros 30 días para abonarla.

REQUISITORIA

Si no lo hacen, según explica el texto de la instrucción de Rivarés, "transcurridos 15 días desde el plazo anterior, los responsables que tengan a su cargo la gestión del gasto recibirán una requisitoria formal de la Intervención General para que emitan el informe justificativo que estimen pertinente" y explique el incumplimiento del plazo legal.

Además, la orden detalla que cualquier demora que se produzca en el reconocimiento de la factura computará a la hora de abonarla. "Así por ejemplo, si desde el registro de la factura se reconoce la obligación pasados 50 días, solo habrá 10 para pagar en plazo", apunta la instrucción de Rivarés.

Una vuelta de tuerca al cumplimiento con el plazo de morosidad que, según el anterior Gobierno municipal, había alcanzado mínimos históricos al final del ejercicio anterior con 22 días de promedio de pago. Ahora, ya no se hablará de medias, sino de facturas dentro o fuera de esos 60 días. Y, por otra parte, habrá que ver si resiste ese ritmo la tesorería municipal o lo padece al final del ejercicio.