El número de temporeros en Aragón se mantiene a pesar de la crisis y el veto ruso. Sin embargo, las campañas ya no generan prácticamente titulares negativos relacionados con el hacinamiento, la ilegalidad de los contratos o la conflictividad social. La cifra de temporeros en los últimos años se ha situado en los 15.000 empleados, casi todos ellos con contrato.

Más del 75% de los empleados temporales en el campo siguen siendo hombres entre 25 y 50 años. Su ocupación mayoritaria es la de peones agrícolas y por nacionalidades predominan los rumanos, marroquíes, senegaleses, paquistaníes, argelinos y búlgaros. En estos últimos años se está contratando de nuevo a trabajadores españoles y a residentes en las propias zonas de campaña, especialmente para realizar labores de tractoristas o en el interior de las cooperativas. En el sindicato UAGA lanzan unas previsiones para la temporada y aventuran que se producirá una mayor contratación si sigue la tendencia se lleva durante los primeros trimestres del año, ya que en marzo se dieron de alta 2.363 personas, mientras que en el 2013 fueron 1.827 las personas contratadas. Supone un aumento del 22,68%.

Desde un punto de vista agrario en el sindicato esperan una buena cosecha, como poco, «similar a la del año pasado», aunque destacan que el veto ruso puede cambiar previsiones. Muchos frutales se plantaron teniendo en cuenta la amplitud de los mercados rusos y para algunas cooperativas y exportadores está resultando complicado encontrar alternativas.

La previsión también es optimista para el responsable de campaña agrícola y migraciones de Comisiones Obreras, José Manuel Sánchez. «En la zona de Caspe se han podido producir algunos daños por el pedrisco, pero el volumen final en Aragón será similar al de años anteriores », precisa.

En lo que sí se han tomado medidas es en el problema de las infraviviendas. La técnico del sindicato UAGA en Caspe, Laura Redondo, explica la labor que realizan con los agricultores y temporeros para evitar aglomeraciones insalubres. "Aquí en la ciudad disponemos de una oficina en la que ayudamos a gestionar los contratos y las viviendas. Como los trabajadores vienen cada vez más dirigidos los conflictos de hace diez años han dejado de producirse", reconoce.

En este sentido, el Ayuntamiento de Caspe es uno de los que más énfasis ha puesto en evitar los hacinamientos. "El consistorio dispone de un protocolo de actuación en el caso de que se observe mucho movimiento en las casas pequeñas", explica Redondo. En CCOO explican que aunque el problema se ha controlado mucho, todavía se producen casos en los que 20 o 30 personas se ven obligadas a convivir en una misma casa durante la campaña.

BAJO CINCA

Desde el Ayuntamiento de Zaidín precisan que se mueven en unos protocolos similares. "Estamos trabajando para concienciar a los trabajadores y los empleadores de la necesitad de evitar las infraviviendas", destaca el alcalde Marco Ibarz. En este pueblo del Bajo Cinca la población se duplica durante los meses de campaña. Unas mil personas llegan desde Marruecos o Rumanía para ocuparse de la recolección. De ellos, la mitad se aloja en las grandes fincas en barracones habilitados. Los problemas de convivencia se han reducido prácticamente hasta desaparecer, aunque durante la campaña es importante no relajarse. "Tratamos de estar en contacto con la Guardia Civil a la menor sospecha de irregularidades", advierte Ibarz. Desde el Ayuntamiento de Fraga también pronostican una campaña "muy tranquila".

El sindicato CCOO también intenta controlar con denuncias las contrataciones ilegales y de personas sin papeles. Según reconocen todas las instituciones consultadas cada vez hay menos temporeros trabajando de forma irregular. La contratación en origen, la repetición de cuadrillas año tras año y las constates inspecciones son las claves que explican esta mejora. Por ejemplo, en Zaidín el 98% de las personas que llegan al pueblo para trabajar en la fruta logra un contrato.

Hasta finales de septiembre no se tendrán datos definitivos. Mientras tanto, el calor y las ocasionales tormentas marcan el discurrir de la campaña.