Maestro

Las calles, los olores, los animales, los adultos, vistos por la mirada de un niño de Paniza. Es un memorandum de los sentimientos más líricos, captados con una riqueza admirable. Siempre en el corazón. Memorias de un niño rural de posguerra. (Comuniter) será presentado el 19 en la Biblioteca Aragón por Eloy Fernández y Angel Guinda.

--¿Estas memorias son universales, pueden ser las de cualquier niño aragonés de su edad?

--Yo creo que sí; aunque en ellas hay algo autobiográfico, pueden representar a cualqueir niño de aquella época en el mundo rural.

--Hay una alabanza de aldea que a alguien le puede parecer excesivo. Al fin y al cabo se sufrían muchas privaciones...

--Es que gracias a ese contacto con la naturaleza bíblica te liberaba del sufrimiento que llevaba la época. El misterioso secreto de algo que había sucedido y nadie te quería contar, el dominio absoluto de una Iglesia que comunicaba que el amor era algo vengonzante en vez del sentimiento tan hermoso que es, todo ello suponía una confusión y angustia.

--Da la impresión de que eran felices entre esa miseria.

--A lo mejor sin darnos cuenta éramos felices, porque el pueblo era como un sitio amurallado al que no llegaba el mundo exterior. La naturaleza nos redimía y nos diferenciaba de esos niños de la capital con caras blancas, que no sabían hacer nada en el pueblo...

--Usted ha sido maestro y no sé hasta qué punto puede comparar distintas formas de educación: disciplinada y consentida.

--Sí, cuando yo comencé todavía existía la dictadura (1969) y había disciplina, pero no todos los maestros éramos iguales. Yo he pretendido acercarme al niño con cariño, pero había otros que los trataban con la misma crueldad que los años posteriores a la guerra. Pero aún con todo, al maestro se le respetaba... Ten en cuenta que el maestro vivía allí, estaba integrado en el pueblo, conocía los problemas de la gente, y eso influye en su respeto. Y hoy en día mucha de la autoridad del maestro se la quitan los propios padres.

--¿No le parece desolador esa estadística sobre el consumo de drogas de los adolescentes?

--Yo trataba ese problema, lo mismo que el de la sexualidad, mucho antes de que tuvieran tanta importancia social. Ya vislumbraba entonces que el tabaco y las drogas en los adolescentes iba a crecer de forma muy progresiva. Yo creo que ahora no hay ideas que arrastren, proyectos que ilusionen.

--¿A quién va dirigido su libro?

--Se hace para hacer pensar y ha de servir para recuperar la memoria histórica, porque cuanto más se conozca el pasado, más nos ayudará a evitar caer en las mismas trampas.