El Ministerio de Fomento baraja inaugurar el próximo 12 de diciembre la línea ferroviaria de velocidad alta Zaragoza-Huesca, aunque sigue sin confirmarlo oficialmente y no quiere dar información sobre la oferta de servicios. No obstante, fuentes ferroviarias apuntaron que la compañía Renfe habilitará servicios desde Huesca a Madrid y a Calatayud aprovechando la línea de alta velocidad Madrid-Lérida.

Las obras en el nuevo corredor de velocidad alta acabaron el pasado mes de octubre y la Dirección General de Ferrocarriles están sometiendo la infraestructura a distintas pruebas para comprobar su fiabilidad. Ayer, un Talgo Altaria rodó por los casi 80 kilómetros de ancho internacional, aunque no llegó a completar los once trayectos de ida y vuelta que estaban previstos inicialmente en el programa. En su lugar se recurrió de nuevo al tren regional diésel (TRD) empleado el pasado jueves.

Los ensayos realizados, según Aragón Press , pretendían verificar el funcionamiento de la catenaria del tramo Huesca-Tardienta, en el que se han instalado un tercer carril para compatibilizar el tráfico de trenes de ancho convencional e internacional. Esta misma prueba ya se llevó a cabo en el tramo comprendido entre las estaciones de Villanueva de Gállego y Zuera el pasado mes de agosto y resultó satisfactoria. Lo mismo sucedió el jueves con el TRD a lo largo del trazado.

DOS CLASES DE TRENES El Talgo Altaria, capaz de alcanzar los 220 kilómetros por hora, será el tren al que recurra Renfe para iniciar la explotación de la velocidad alta, especialmente para los trayectos con la capital de España. Además, se baraja emplear el TRD para las conexiones con Zaragoza y Calatayud. Este último servicio contentaría de paso las aspiraciones del consistorio bilbilitano, que solicitó al Ministerio de Fomento una mejora de las frecuencias con Zaragoza.

La compañía pública incluso ya ha reservado uno de los Talgo Altaria de su exigua flota adaptada al ancho internacional para la nueva línea, que lo detraerá de la línea del AVE Madrid-Sevilla.

Las citadas fuentes ferroviarias dudaron de que Renfe puede explotar la infraestructura conforme a las características para las que se ha construido, ya que en el tramo Huesca-Tardienta varios miles de traviesas tienen una desviación de cuatro milímetros en los anclajes de los raíles. Aunque Fomento lo niega, las fuentes consultadas apuntan que si estas traviesas no se levantan los trenes no podrán alcanzar los 220 km/h que permite el corredor.