Actor

Es un actor aragonés de formación francesa que aterriza en Zaragoza para mostrarnos este monólogo sobre un apuntador de teatro. Ildebrando Biribó o un soplo al alma (Teatro del Mercado, hasta el 23 noviembre). La obra es del autor francés Enmanuel Vacca, que se representa en cinco países y varias lenguas.

--No le conocía como actor...

--Sí, probablemente porque llevo diez años fuera y cuando me fui estaba empezando. Realmente mi amor por el teatro se forjó en París,primero de la mano de Marceau, y luego en un teatro pequeñito donde hacía de todo.

--¿Por qué trabajar con Marcel Marceau si su oficio es sólo el del gesto?

--Por eso; la palabra es un gesto más. El gesto lo hacemos cada día en el lenguaje cotidiano. El gesto no engaña y la palabra sí.

--¿Por eso a menudo un actor falla cuando hace gesticula mucho?

--Claro. Lo más difícil del teatro es el alma. Luego está la formación. Se trata de comunicar.

--¿De qué trata la obra que pone en el mercado?

--Es la historia de un apuntador, es un oficio en la sombra, y hoy en día tiene la oportunidad de contar su historia. El apuntador desapareció en España en los años 60 y en Francia a principios de siglo. Ten en cuenta que las compañías llevaban hasta 15 obras en repertorio y no las recordaban todas.

--¿Por qué quiso usted ser actor?

--Eso no se quiere ser, se necesita ser. Yo me lo puse en palabras a los 23 años... Y es posible cuando la sociedad te deja, cuanto tienes la osadía de romper con todo.

--¿Y cuándo descubres que ya eres actor?

--Cuando cobra las primera vez, ja, ja. Detrás de cada personaje hay un trabajo muy largo, no se trata sólo de subir al escenario. En un monólogo es mucho más, vives con el personajes, sueñas con él.

--¿A qué se parece ser actor?

--Huuum... Tendría que haber sido otra cosa para saber a qué se parece... Se debería parecer a ser poeta. Más que profesiones son actitudes, vocaciones...

--¿Por qué dejó Francia?

--No la he dejado. Acabo de tener una niña que tiene la doble nacionalidad y mi mujer es francesa. Estuve haciendo la carrera de arte dramático en Madrid para conocer a los clásicos, pero nunca he olvidado Francia, un país próximo, es a donde hay que mirar, no a Estados Unidos.

--¿Pondría su obra en televisión?

--No. No. Creo que son dos medios distintos, respetables los dos. Si ves la obra tú mismo te contestarás: esto no tiene cabida en la tele. Hay que hacer cosas para televisión, pero el teatro es una cuestión de proximidad, es algo mágico.