"Llevo coleccionando sellos un año y ya tengo 15", explicaba ayer Richi Picazo, de 11 años, a la salida del colegio Maristas de Zaragoza. "Los consigo de mi padre o de cartas de mis amigas". "Yo mando mensajes a móviles, pero recopilo cromos de fútbol", añadía su compañero, Alejandro Risco.

Minutos antes, estos alumnos de 2ºde la ESO asistían a la primera clase de unos talleres de iniciación a la Filatelia, que tienen lugar con motivo de la celebración del centenario del colegio, y que coinciden con la inauguración de la XI Exposición Filatélica de Aragón en este centro educativo.

"La filatelia es el arte de coleccionar sellos. Seguro que todos coleccionáis algo, pero que no dura tanto". Con estas palabras se dirigió el presidente de la Federación Aragonesa de Sociedades Filatélicas, José Angel Campo, a unos 170 chavales de entre 10 y 12 años. El director del colegio, Jesús Bregón, añadió que él se había aficionado para estudiar a los conquistadores. "Los sellos son libros abiertos. Espero que esto os lleve a tener más ganas de aprender", deseó.

Tras estampar un matasellos exclusivo del centenario, los chavales se encaminaron al taller y el resto, a la exposición, que permanecerá hasta el próximo sábado. Aquí, según explicó Campo, hay 17 colecciones de diversa índole. El, por ejemplo, es el propietario de una que reúne sellos desde 1919 hasta 1949. "Este es de la batalla de Teruel, del que sólo hay 50 ejemplares en el mundo. Y, éste, de cuando se publicó el libro de Hitler o aquél sellado en un sobre papel de periódico es ruso", explicó Campo, que informó de que en Aragón hay once sociedades filatélicas con 1.000 miembros, 200 de ellos juveniles.

A su lado estaba José García, de 77 años, quien lleva 65 coleccionando y es dueño de una serie prefilatélica. "Son anteriores a 1850 que es cuando aparece el primer sello que valía un real y ahora, más de 6.000 euros", apuntó García.

Entre tanto, Richi, Alejandro y el resto de los compañeros atendían las explicaciones de Felipe Villamartín, de la Comisión de Juventud de la Federación Española de Sociedades Filatélicas, que les desvelaba en el taller algunos secretos de este arte. "Para despegarlos sin que pierdan color tenéis que depositarlos en agua y sal", comentaba. O les comunicaba que las palomas tienen algo en su cerebro que les guía de regreso a casa. El profesor, para la siguiente clase, les recordaba que lo esencial es ver lo que hay detrás de un sello.