José María Aznar anunció la noche del viernes en un municipio de Almería su intención de asistir en esta provincia al inicio de las obras del trasvase del Ebro. Aznar realizó este anuncio apenas un día después de que la ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, confirmara la inmediata licitación de los dos primeros tramos de la obra que se efectuarán en Almería y Murcia, que costarán en total unos 22 millones de euros.

El viernes por la noche, Aznar diro un giro de tuerca a la política de dar por hecho que el trasvase se llevará a cabo, pese a que todavía no existe un pronunciamiento sobre el mismo de la Unión Europea. Y aprovechó un acto de entrega de premios de la asociación provincial de los empresarios del Mármol de Almería, para hacer de futurólogo y comprometer ya su presencia en la colocación de la primera piedra del trasvase, aunque no planteó ninguna fecha concreta. Ni tampoco aclaró si irá como presidente del Gobierno o como expresidente tras las elecciones generales de marzo. Insistió en que a "veces hay que tomar decisiones difíciles, porque lo fácil es no hacer nada, dejar que pase el tiempo o quejarse". Y afirmó: "No pretendo quedar bien con todos". Insistió en que Almería "necesita más agua y mejor" e insistió en que el PHN "va a beneficiar a todos y no a perjudicar a nadie".

El anuncio del Ministerio de Medio Ambiente, que previsiblemente materializará en breve, ha provocado ya la inmediata reacción del Gobierno aragonés del PSOE-PAR, que ya trabaja en la elaboración de una ley con la que protegerá el entorno del embalse de Mequinenza, uno de los tres pantanos que el Gobierno central pretende regular el futuro trasvase. El objetivo es poner el embalse y su entorno bajo el paraguas de un parque natural.