Un 75% del Fondo de Solidaridad con los países más desfavorecidos se destina a Iberoamérica, un 11% a Africa subsahariana, un 10% a programas de educación y sensibilización en Aragón y el resto a otros países. Un albergue para mujeres víctimas de la violencia en Ecuador, el saneamiento básico y mejora de la vivienda en Bolivia, y la construcción de viviendas para familias de extrema pobreza en El Salvador son algunos de los proyectos que se desarrollarán.