La Asociación de Vendedores de Neumáticos de Aragón (Arvena) lamenta las evasivas que está recibiendo de la DGA desde el pasado mes de julio sobre el proyecto presentado de instalación de una planta de reciclaje de neumáticos en la localidad turolense de Alloza. Una iniciativa que, según sus promotores, vendría a solucionar el problema que se planteará en Aragón en el 2006, ante la prohibición de verter neumáticos troceados en los vertederos. El proyecto, basado en la termólisis, ha sido duramente criticado por sindicatos, ecologistas y las propias comarcas mineras.

Esta contestación social sería la causa de la paralización del expediente por parte del Gobierno aragonés. El consejero de Economía, Eduardo Bandrés, ya negó, tras un encuentro con colectivos de las cuencas mineras, su apoyo a iniciativas que rechacen los ciudadanos. Esta semana, la directora general de Calidad Ambiental, admitió que los trámites no avanzaban, recordando que no se había entregado toda la documentación reglamentaria para estos casos.

"Ya no sabemos qué pensar. Entendemos que el reciente anuncio del consejero de Medio Ambiente de creación de una empresa pública de residuos dependiente de Sodemasa, viene a decir que se delegará en ella el problema de los neumáticos. Por ello, todos los miembros de la asociación nos ofrecemos al departamento para colaborar allí donde hagamos falta", señala José Manuel Parra, presidente de Arvena.

Desde esta asociación se insiste en que se ha vuelto a enviar al consejero de Industria, Arturo Aliaga, toda la información solicitada y a Medio Ambiente, el estudio de impacto medioambiental que faltaba. "Nos hemos gastado alrededor de 120.200 euros (20 millones de las antiguas pesetas) para completar el estudio del proyecto, al que recientemente hemos incorporado el estudio medioambiental, que nos ha costado más de 12.000 euros (dos millones de pesetas)", añade Parra.

La sociedad Planta de Reciclaje de Neumáticos de Aragón, Prenasa, eligió Alloza para ubicar su planta, entre otros motivos, por las subvenciones que recibiría al encontrarse dentro del Plan de la Minería. Además, la factoría se encontraría cerca de una subestación de Endesa, a la que vendería la energía generada durante el proceso de reciclado.

CCOO, UGT, la Unión de Agricultores de Aragón y la Fundación Ecología y Desarrollo mostraron su convencimiento de que la empresa "no pretende reciclar, sino apuntarse al negocio de la generación de energía mediante la incineración". Aragón acumula cada año 15.000 toneladas de neumáticos inutilizados y otras 5.000 de residuos industriales de caucho. Una ingente cantidad que supone todo un problema medioambiental.