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REPORTAJE

En busca de una vida mejor

Aronas Popa, el bebé rumano que se convirtió en el primer niño nacido en España en el 2004, y su madre, Lam®ita, una indigente que ejercía la mendicidad, fueron dados de alta ayer al mediodía del hospital Materno-Infantil de Zaragoza y se trasladaron en taxi a casa de un hermano, que ha decidido acogerlos. Lam®ita y una amiga que hablaba un poco de español salieron del hospital rechazando los regalos y presentes e incluso el dinero que han ido recibiendo desde que su dramática historia saltara a los medios de comunicación.

"Tenemos casa, dinero y trabajo. No necesitamos nada. El hermano trabaja", insistía su amiga, al mismo tiempo que se enfadaba cuando se le preguntaba por las razones de dicho rechazo. "Por favor, déjennos en paz. Queremos estar tranquilos. No necesitamos nada", volvía a repetir ante el estupor de la compañera de habitación en el Infantil y de algunas enfermeras, que observaron el rechazo de varios regalos, incluso de dinero.

En cualquier caso, no ha sido necesario recurrir a los servicios sociales de la comunidad, como se planteó en un momento dada la situación de mendicidad en la que ha vivido esta rumana desde que llegara a España hace un mes, acompañada de su hija de tres años, al parecer de la mano de una red ilegal que explota a indigentes rumanas para que ejerzan la mendicidad en España.

Sus otros cuatro hijos quedaron en Rumanía, a cargo del padre. En su país natal, Lam®ita y su familia suelen habitar en los suburbios de las ciudades, donde duermen en estaciones de autobuses o de trenes. En España su vida no ha sido muy diferente, pues su hermano, que pasa por dificultades, no la pudo acoger y Lam®ita y su hija tuvieron que dormir en portales, al aire libre o en casas deshabitadas, pese a la dureza del clima.

De este modo concluyeron los intentos del hospital Miguel Servet por ayudar a esta mujer, a su bebé y a otra hija de tres años, tras darse a conocer una historia de desarraigo y pobreza que estos días de Navidad ha provocado una fuerte corriente de solidaridad tanto entre el personal del centro sanitario como en el resto de la comunidad aragonesa.

El subdirector del hospital Infantil, Juan Carlos Bastarós, reconoció ayer que tanto el hermano como la cuñada de Lam®ita habían insistido en acogerla junto a sus dos hijos. "La trabajadora social de nuestro centro ha mantenido una reunión con los familiares, que le han asegurado que disponen de casa, recursos económicos y trabajo para realizar este acogimiento".

Especial seguimiento

Bastarós señaló que desde el centro hospitalario ya se habían puesto en contacto con todos los recursos de Servicios Sociales tanto de la DGA como del propio Ayuntamiento de Zaragoza para materializar ese apoyo. "Sin embargo, no ha sido necesario, porque la familia ha decidido hacerse cargo de la situación".

No obstante, el responsable del Infantil insistió en que el caso de esta familia será seguido con especial cuidado por los trabajadores sociales que hay en los centros de salud, cuando acudan a las revisiones periódicas tanto la mujer como el bebé.

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