"Me han devuelto la vida dos veces"

"Cuando alguien te regala una vida, te enfrentas de otra manera a las cosas y quieres disfrutarlo todo al cien por cien". Así de rotundo se expresa Francisco Pérez Valeg, un joven zaragozano que, a sus 36 años, fue sometido en enero del 2003 a un segundo trasplante de riñón. Desde entonces se siente un hombre nuevo: "Incluso beber un vaso de agua es para mí un logro y un placer".

Ese simple gesto estaba vetado para Francisco hasta la operación. Llevaba 8 años en diálisis, después de sufrir, en 1995, el rechazo de un riñón que le implantaron en 1989. "Tu situación va empeorando poco a poco y, en mi caso, ya había tenido que someterme a trece intervenciones por las consecuencias de una diálisis prolongada". Francisco sufría insomnio y continuos dolores óseos, "debido a la descalcificación que produce la propia diálisis". No orinaba, por lo que incluso tenía que limitar la ingestión de agua. Muchos alimentos eran territorio prohibido para él. Se sometía a cuatro horas de diálisis tres días por semana. Su vida familiar también se resintió "por los cambios de humor" y tuvo que dejar de trabajar.

"Muchas veces pienso ahora en la persona que me regalo esta nueva vida", explica. "No lo conozco pero me acuerdo de él o de ella porque no hay palabras en el mundo para expresar mi agradecimiento". Francisco vive su vida "a tope". Ha recuperado fuerzas que emplea en entrenar a un equipo de fútbol de chavales del Club Deportivo Helios de Zaragoza de los que se siente muy orgulloso. "Tengo que cuidarme y sé que mi cuerpo podría rechazar este riñón en unos años, no se si en cinco o en veinte. Pero, hasta entonces, no pienso desperdiciar ni un segundo".