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Palabra de honor

Fernando: "La viola siempre fue un instrumento exquisito"

Músico

Está desde principio de curso en el Conservatorio de Zaragoza impartiendo clases de viola de gamba, un instrumento en desuso, casi desaparecido. La viola de gamba siempre fue la favorita de la nobleza, cuando los reyes aprendían su práctica. Nuestro profesor es un apasionado de esta práctica.

--No existía disciplina de viola de gamba en Aragón.

--Y creo que sólo hay tres o cuatro en España. ¿Por qué? Es un instrumentos que cayó en desuso a finales del siglo XVIII.

--¿Y la recuperación tiene algo que ver con la Arqueología?

--No hay que verlo como una cosa rara. Sirve para hacer interpretaciones fieles históricas. Es intentar recrear la sensación que propuso el compositor, para entender mejor la música. Porque esas obras para viola de gamba se interpretaban con violonchelo y no es lo mismo, nada que ver. La viola de gamba tiende más al laúd que a chelo. Y la técnica del arco procede de la música árabe.

--¿Cómo recuperan estos instrumentos?

--Hay dos líneas: la construcción de instrumentos según modelos de museos, leyendo tratados de cómo se toca, y otra, trabajar con partituras originales, facsímiles, para conocer el lenguaje de aquella época.

--En todo caso estas iniciativas son muy minoritarias.

--Sí. El problema contra el que luchamos es la secuela del romanticismo: la pereza por descubrir y trabajar originales. Se iba a ediciones de señores que hasta se inventan notas.

--¿Qué hace en Zaragoza?

--He vivido en Praga y en Colonia, ocho años fuera de casa. Surgió esta plaza en Zaragoza, la única que salía, y me vine. En España se vive muy bien. Tengo cinco niños estudiando viola de gamba en el conservatorio.

--Pero no hay salida...

--Claro, y lo que hago con ellos es invitarles a que disfruten con el instrumento. Yo no les digo que tienen que hacerlo bien porque sino de mayores... No, no. Quiero que disfruten de la música. La viola de gamba es infinitamente mejor que el violonchelo, es muy agradecida, se puede tocar sola, en dúo, hay muchas partituras. Era la favorita de los aristócratas. Así como el violín se puede tocar en la calle, de forma popular, la viola es exquisita, muy real.

--Proponga al Príncipe un concierto para su boda.

--(Risas) Yo creo que sería ideal. En aquella época este tipo de actos nacía de la iniciativa de los reyes: "¡Hay que buscar una viola!", decían. Ahora hay que dar con un rey para una viola. Seguro que la Reina lo entendería enseguida.

--Dieron ya un concierto.

--Fue una locura. Tocamos mi viola de gamba, una arpa barroca y una soprano, muy bonito.

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