La nacional N-420, conocida con el sobrenombre de la carretera de las Cuencas Mineras, tiene un tramo inutilizado a su paso por el término municipal de Escucha, cerca del túnel próximo al puerto de San Just, debido a unas importantes obras de reparación del firme. El 19 de abril se abrieron unas grietas en la parte de la derecha de la calzada, en sentido Teruel, que fueron selladas inmediatamente por los técnicos del Ministerio de Fomento.

Sin embargo, debido a las abundantes lluvias que han caído en estos días en la zona, las grietas volvieron a aparecer y así, con el fin de evitar cualquier tipo de percance, se ha decidido restringir el tráfico en la zona, dando paso por el carril izquierdo a los vehículos que viajan en sentido Teruel y por el trazado de la antigua carretera --que en esa zona todavía se conserva-- a los que se desplazan en dirección a las Cuencas Mineras y Zaragoza.

La zona de las grietas se comenzó a desmontar progresivamente y con mucho cuidado para evitar que no se arrastrase el resto de la carretera, pero debido a las malas condiciones climatológicas el trabajo ha resultado lento y difícil.

AGUA EMBALSADA Esta causa, unida a las características propias del terreno arcilloso de la zona y la presencia de gran cantidad de agua embalsada en un antiguo túnel de ferrocarril situado por encima de la carretera, acentúan las dificultades que tiene Fomento para resolver el problema con celeridad. El agua del túnel se ha filtrado provocando los daños en el talud de la carretera.

El desmonte de la vía ocupa una superficie total de 77 metros de largo por 9 metros de altura, y dada la envergadura de la obra, Fomento la va presupuestar y adjudicar con carácter de urgencia en unos días. Se calcula que en el plazo de un mes aproximadamente quede terminada la obra y la carretera lista para su circulación.

La actuación consistirá en sujetar y levantar el carril con escolleras de una tonelada o tonelada y media cada una --como las que se colocan para construir diques artificiales en los puertos de mar--, instalar un drenaje longitudinal en la cuneta de la izquierda (siempre en sentido Teruel) y reconducir las aguas que se embalsan por las lluvias en el viejo túnel del ferrocarril hacia esta cuneta. Operarios de Fomento están en la zona día y noche para alertar a los conductores.