La familia de Iván Altabella, el joven de Aguaviva (Bajo Aragón) fallecido el 6 de febrero en el albergue de Todolella (Castellón), en un suceso en el que murieron otras 17 personas, se personará en las diligencias abiertas por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vinaroz para investigar la tragedia.

El padre del fallecido, Juan Antonio Altabella, explicó que ha mantenido contactos con otras siete familias de fallecidos para personarse en la causa, aunque todavía no han formalizado los poderes notariales para autorizar al abogado que los representará. Hasta la fecha han comparecido en las diligencias, escalonadamente, otras cinco familias.

Las primeras conclusiones de la investigación desarrollada por la Guardia Civil apuntan a que las 18 personas fallecieron al inhalar el gas de una estufa mientras dormían. Otras dos, el organizador del cumpleaños y una joven, salvaron la vida al haberse acostado en otra habitación.

"Queremos saber qué pasó, queremos conocer el sumario cuando se levante el secreto", dijo Altabella, que destacó que "hay versiones contradictorias sobre lo que ocurrió".

Según explicó, varias personas le han dicho que vieron a su hijo despierto a las ocho de la mañana, que después se fueron a dormir dos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron junto a la puerta del albergue, que sobre las once de la mañana se escucharon petardos y que hasta las cuatro de la tarde no apareció nadie por el edificio. La autopsia sitúa las muertes en torno a las nueve y media de la mañana. "Hay algo que no casa", concluye.

"Queremos saber lo que pasó", insiste, aunque no confía en el desarrollo de la investigación.