El relevo de Elías Yanes al frente del Arzobispado de Zaragoza se encuentra pendiente de la salud de Juan Pablo II. La Santa Sede tenía previsto dar a conocer el nombre del nuevo responsable de la Iglesia en Aragón en el mes de marzo pero la reciente recaída del Papa, que le obligó a ingresar en un hospital para someterse a una operación quirúrgica, mantiene ahora el nombramiento en espera.

Desde hace meses, las quinielas acerca de los posibles candidatos se han multiplicado. En septiembre, los tres nombres que sonaban con más fuerza en los pasillos del arzobispado eran los de Manuel Ureña (obispo de Murcia y Cartagena), José Vilaplana (de Santander) y Ricardo Blázquez (de Bilbao).

El martes, con el nombramiento de éste último como presidente de la Conferencia Episcopal Española, los rumores sobre su inminente traslado a Zaragoza se han disparado fundamentalmente por dos motivos. Primero, porque es la primera vez que un obispo alcanza la presidencia de la CEE (siempre ocupada por arzobispos o cardenales) y segundo, porque ha agotado con éxito una etapa de diez años al frente de la Diócesis de Bilbao, una de las más complicadas del país por su realidad política

No obstante, existen argumentos para rebatir esta hipótesis ya que la de Zaragoza no es la única archidiócesis vacante con la que se podrían equiparar los galones de Blázquez a los de sus predecesores. La Iglesia navarra también espera el nombramiento de un nuevo arzobispo.

Esta teoría cobraría peso si se tiene en consideración la última consulta que el nuncio apostólico de la Santa Sede en España, Manuel Monteiro, realizó en noviembre. Entonces, el diplomático vaticano mantuvo contactos con obispos, sacerdotes y seglares para pulsar su opinión sobre distintos candidatos. En estas reuniones no se pronunció el nombre de Ricardo Blázquez. Se había caído de la lista de favoritos para integrar la terna que viajaría hasta el Vaticano.

PREPARAR EL CAMINO Han transcurrido ya dos años desde que Elías Yanes cumplió la edad de jubilación que marca la legislación eclesiástica (75 años). Envió entonces al Vaticano una carta de renuncia, que todavía no ha sido aceptada. La Santa Sede ha aprovechado estos dos años de silencio para renovar totalmente el organigrama eclesiástico aragonés, sustituyendo a los obispos titulares de las cinco diócesis dependientes de Yanes (Jaca, Huesca, Barbastro-Monzón, Tarazona y Teruel-Albarracín).

Estos nombramientos se interpretaron como un trabajo de campo previo al relevo de Yanes, una especie de proceso preparatorio. Un movimiento capital fue la salida del arzobispado de Alfonso Milián, número dos de Yanes, para hacerse cargo de la diócesis de Barbastro-Monzón. Se dejó así vía libre al nuevo arzobispo para que, cuando llegue, forme su propio círculo de confianza.