El presidente de la Destilería San Valero de Cariñena, Fernando Peligero, negó ayer que esta alcoholera emita vertidos a cauces públicos un día después de que los alcaldes de La Almunia y Alfamén anunciaran que estudian emprender medidas legales contra la alcoholera, por la presunta contaminación del río Cariñena por parte de esta empresa.

Peligero reconoció que hace un año aproximadamente se hizo un vertido "porque hubo un problema técnico" y que actualmente, ante un toque de atención de la CHE para controlar los vertidos a cauces públicos, la empresa va a instalar un circuito de depuración para eliminar las sustancias residuales mediante un sistema de evaporación.

"Ya se van a empezar a instalar las máquinas y a partir de la próxima campaña estará todo controlado", explicó Peligero, de forma que "no habrá vertidos a cauces públicos". La instalación de este nuevo método se debe a que "la producción ha aumentado y el modelo actual ya no será suficiente", apuntó el presidente de la destilería.

El responsable de San Valero explicó que el sistema de eliminación actual de residuos consiste en realizar una solidificación de los vertidos en unas balsas específicas, que sirven después como abono porque no tienen "componente contaminante".

La destilería San Valero es una cooperativa de segundo grado de la que son socias todas las cooperativas vinícolas aragonesas y alguna de otras comunidades y de la que el grupo BSV es uno de los socios fundadores. La función de estas instalaciones es recoger todos los residuos que generan el resto de cooperativas durante la elaboración del vino para transformarlos en alcohol.