Entrar en coche a Zaragoza por Vía Ibérica exige desde hace una semana armarse de una buena dosis de paciencia. Uno de los carriles centrales de la calzada ha permanecido ocupado por una pala excavadora que trabajaba en la reparación de una fuga detectada en una tubería de abastecimiento de agua. La consecuencia directa ha sido el caos circulatorio en horas punta y la exasperación de los vecinos.