Pintor

¡Cerdos! No es un insulto, es el título de la exposición colectiva en la que participan nuestros invitados. Esta muestra colectiva ofrece diversas maneras de entender al marrano. La muestra se paseará por distintos pueblos de la comarca de las Cinco Villas y llegará a Zaragoza. En este momento se puede ver en el bar Harvester de Tauste. Personalmente y a dúo exponen su obra en la Campana con el título Ex aequo .

--¿Ustedes qué entienden por un cerdo?

--Ja, ja.

--¿Y un cochino?

--El animal que más parecido tiene la piel y la carne al hombre. Desde el punto de vista artístico, claro.

--¿A quién se le ocurrió esta genial idea de homenajear al animal más importante en la historia de la humanidad?

--Al colectivo Matarile y a David Giménez. El colectivo somos nosotros y cuatro chicas más. David nos gritó la palabra ¡cerdos! y a partir de ahí nació todo.

--No es habitual que dos pintores trabajen juntos.

--No, porque para eso están los grupos. Somos un matrimonio bien avenido. A veces uno comienza un cuadro y el otro lo acaba, o al revés. Puede empezar figurativo y acabar perfectamente abstracto.

--¿Cómo trabajan un ecléctico y un todoterreno?

--Empezando con una balsa de aceite y terminando en una montaña rusa. Empezando muy tranquilos y acabando locos perdidos. Pero queda bonito y lo pasamos bien entre nosotros, aunque no haya sexo...

--Vienen de Tauste. ¿Ser pintor allí es como pasar vacas en Pradilla?

--Sí, algo así. En la primera exposición que hice (Juan) en mi vida en Tauste, que era muy salvaje, muy marciana, vendí 24 cuadros. A la gente parece que le gustó...

--¿Y usted Antón tiene alguna hazaña?

--Comer cerdo todos los días... Y en la pintura ser yo mismo. Es un acto surrealista.

--Insisto, en la comarca de las Cinco Villas: ¿trabajan desde allí o para allí?

--El colectivo Matarile va contra viento y marea, da igual que nos llamen de cualquier punto de la comarca o desde Zaragoza, no para convence sino para disfrutar. La gente allí es muy cercana y está muy receptiva. Lo de convencer, lo de intentar que la gente venga es otra cosa, pero lo fundamental es que los que hace cosas se lo pasen bien.

--¿Qué van a ver los que vayan a la Campana?

--Nos gusta mucho exponer en los bares porque la gente joven no entra en los museos, está en los bares. En la Campana se verán objetos, cosas, y la consideramos exquisita: una locura con una tranquilidad.