Mantener y potenciar la expansión de Zaragoza con el desarrollo de nuevos suelos urbanizables hacia el exterior --especialmente, para viviendas protegidas-- podría propiciar en pocos años que el parque de pisos vacíos en la ciudad pasara de los 40.000 actuales a 100.000. Por eso es necesario plantearse una contención de estas políticas (incluso ralentizando planes existentes) e, incluso, una moratoria de zonas residenciales cuando se ejecute el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente.

Son algunas de las premisas que mantuvo ayer el gerente de la sociedad pública Zaragoza Expo 2008, Jerónimo Blasco, al presentar un libro que ha escrito a medias con otro especialista, David Baringo. La publicación, Zaragoza: ciudad sostenible. Estado de la cuestión , ha sido editada por la Fundación Ecología y Desarrollo y por Prames.

Blasco y Baringo han plasmado "con libertad" y sin cortapisas institucionales sus ideas respecto a la ciudad, basadas en múltiples datos. Y han escrito lo que piensan "de verdad", siendo conscientes de que puede resultar impopular, como apuntó Blasco. Y añadió: "Si se sigue a este ritmo expansivo de creación de nuevos suelos urbanizables de golpe, el salto de 40.000 a 100.000 viviendas vacías es casi inevitable".

De esta forma, puso en cuestión las políticas diseñadas en Zaragoza por el PSOE (partido al que pertenece) y por CHA, basadas en grandes áreas de vivienda (en buena parte protegida) por el sur (Valdespartera y Arcosur) y por los barrios rurales. El gerente de la Expo no ocultó su convencimiento de que un proyecto como el de Arcosur "no debería desarrollarse rápidamente".

Además, defendió que este planeamiento debería cortarse de raíz una vez desarrollado el actual PGOU, por lo que --tras él-- habría que establecer una "moratoria de zonas residenciales". A su juicio, es falso que sólo pueda impulsarse vivienda protegida en nuevos suelos hacia el exterior. También, dijo, puede actuarse en la ciudad consolidada.

Y es que el objetivo a seguir, según los autores, es apostar por dicha ciudad consolidada, que debería beneficiarse de "las plusvalías obtenidas en las nuevas zonas urbanizables".

COLAPSO AUTOMOVILISTICO Blasco apostó por impulsar el tranvía frente al metro, una forma de disminuir el número de coches por la ciudad para evitar que el parque automovilístico "colapse" las calles "en quince años". También rechazó que se hagan nuevos aparcamientos públicos en el centro.

El libro, presentado por el presidente de la fundación, Fernando López Ramón, por el exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente y actual asesor de La Moncloa, Domingo Jiménez-Beltrán, y por un responsable de Prames, repasa otros indicadores para hacer un diagnóstico de la capital. El agua, el ruido, los olores, el consumo de energía, la movilidad o las zonas verdes son algunos puntos repasados.