El próximo viernes se inaugura en Japón la Expo de Aichi, un evento mundial en el que Zaragoza también tiene puesta su mirada, como el precedente temporal de la muestra aragonesa del 2008. Localizada a las afueras de Nagoya, a unos 300 kilómetros al sudeste de Tokio, tiene como lema La Sabiduría de la Naturaleza , y aglutina a 127 países, empresas y organismos, que presentan un futuro en armonía con el medio ambiente, con la tecnología como protagonista.

La organización aragonesa tendrá su propio espacio dentro del pabellón español, donde una oficina de la Expo 2008 estará permanentemente abierta con el objetivo fundamental de promocionarse ante el mundo y de captar países participantes en el evento zaragozano. Un evento que comparte algunas características del japonés, pero del que le diferencian otras muchas. El concepto de universal de la muestra nipona, frente al internacional de la zaragozana, le confiere a la primera un carácter mucho más amplio en cuanto a superficie expositora y duración. También en cuanto al diseño de los pabellones, más ambicioso en la universal, pues corren a cargo de cada uno de los países participantes.

Aichi es una Expo eminetemente visual y, sobre todo, tecnológica. Robots capaces de tocar en una orquesta o conquistar Marte, autobuses sin chófer, azafatas humanoides que dan la bienvenida en cuatro lenguas y son capaces de comprender 40.000 frases, pantallas de cine de 360 grados, son algunas de las miradas a un futuro cada vez más próximo.

ANDROIDES Los héroes de esta Expo Aichi son los robots: androides capaces de imitar a los humanos y facilitar sus tareas diarias, o pioneros del cosmos, como el Mars Rover del pabellón estadounidense o el español P-Tinto, futuro cazador de vida en el planeta rojo.

Así, en el pabellón La isla del tesoro de Wanpaku o Robot Station , se puede contemplar una cohorte de robots dedicados al cuidado de niños, la recogida de basuras, la seguridad de empresas y la limpieza de suelos.

Uno de estos androides, el Wakamaru, recuerda al famoso C3PO de la La Guerra de las Galaxias, con una inteligencia artificial que le permite reconocer cerca de 10.000 palabras. Pero los más espectaculares, sin duda, son los que se exhiben en el pabellón de la firma Toyota.

Frente a los autómatas diseñados para hacer más cómoda la vida diaria, Aichi exhibe también los robots dedicados a la investigación espacial. En el pabellón norteamericano se expone una réplica del explorador marciano Mars Rover , que ya tiene dos robots, el Spirit y el Opportunity, desvelando los secretos de Marte.

En el pabellón de Hitachi, el visitante puede viajar virtualmente por la sabana africana y otros espacios naturales, y hasta ser atacado, también de forma virtual, por un rinoceronte y un cocodrilo.

En el espacio de la empresa Mitsui-Toshiba, uno puede convertirse en uno de los héroes de la película computerizada Grand Odissey , gracias a las últimas técnicas de digitalización que implantan los rostros de los espectadores en los de los protagonistas del filme.

España concurre con un pabellón en el que se han invertido 24 millones de euros y en el que serán atractivos singulares el robot P-Tinto, que viajará a Marte en el año 2016, el homenaje al Quijote y el menú del llamado Bar de Tapas , un recinto gastronómico que espera atraer miles de visitantes interesados en el buen comer y beber de España.

Otra de las salas del pabellón dedicadas a la gastronomía es la diseñada por el artista valenciano Javier Mariscal, cuyas esculturas de cigalas, mejillones y verduras gigantes se arremolinan en torno a pantallas de vídeo que desvelan los secretos culinarios españoles.

El otro gran foco de interés será la sala llamada El ingenio , en la que el robot español P-Tinto, del Centro de Astrobiología de España, es el desafío europeo a los genios de la robótica que empresas japonesas como Toyota o Hitachi presentan en Aichi.

El pabellón español acogerá además semanas temáticas dedicadas a cada una de las 17 comunidades autónomas españolas.