Si ayer hubo un boicot de los jueces al acto de apertura del año judicial, fue de lo más discreto. Todo transcurrió dentro de la normalidad. El propio José Ángel Biel, dolido como estaba por la expresión "bajo perfil político" utilizada por las asociaciones de magistrados para referirse a la DGA, no dudó ni un momento en dirigirse al despacho del presidente de Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Fernando Zubiri, en cuanto llegó a la sede de la institución. Luego, los dos, el político y el jurista, bajaron casi juntos las escaleras que llevan al patio del palacio de los Condes de Morata, donde todo estaba dispuesto para la celebración.

En el acto estuvieron presentes representantes de tres de las cuatro asociaciones judiciales que el miércoles firmaron un manifiesto conjunto en el que denunciaban los males de la Administración de Justicia en Aragón, sobre todo en materia de instalaciones. Solo hicieron plante, una expresión que prefieren a la de boicot, los de la asociación Foro Judicial Independiente, aunque alguno de sus miembros se dejara ver como representante institucional. "Nuestra postura no va en contra de Zubiri, sino del hecho de que el Ministerio de Justicia y la Administración autonómica no hagan nada o casi nada para mejorar la situación de los órganos jurisdiccionales en Aragón", señaló un integrante de Foro Judicial Independiente.

Con todo, en el centenar largo de sillas dispuestas para la celebración de la apertura judicial había una veintena que estaban vacías. La Fiscalía asistió en bloque y el fiscal jefe, José María Rivera, tuvo emotivas palabras de recuerdo para Enrique Cortacans, fiscal recién jubilado que falleció el pasado miércoles.

También estaba el decano del Colegio de Abogados Javier Hernández, el fiscal de Menores Carlos Sancho, el delegado de personal Luis Casero y representantes del mundo del Derecho en general. Todos ellos asistieron al vino español que se sirvió en la primera planta del edificio tras la actuación del coro San Ivo del Colegio de Abogados de Zaragoza.