El nuevo consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia, del Gobierno aragonés, Ricardo Oliván, ha asegurado hoy que el Ejecutivo "va a hacer lo imposible" por mantener el actual nivel de prestación de servicios en el actual contexto de crisis económica. El titular de Sanidad ha hecho estas declaraciones a los medios de comunicación tras jurar su cargo junto al resto de miembros del gabinete de la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, en un acto protocolario celebrado en la sede del Ejecutivo aragonés. Oliván ha explicado que su cometido en el departamento es "aplicar gestión", pero ha advertido a renglón seguido que el Gobierno tiene como prioridad mantener el carácter de servicio público de los distintos ámbitos de la consejería, "que nadie lo ponga en duda", ha resaltado. Ha admitido que la utilización de "la tijera" es necesaria, no sólo en Sanidad sino en el resto de departamentos del Ejecutivo aragonés. El consejero ha destacado, sin embargo, que en educación y sanidad "nuestro Gobierno va a hacer lo imposible para mantener el actual nivel de prestación de servicios". Respecto al copago sanitario, Oliván ha asegurado que es una cuestión "que no nos hemos planteado en el Gobierno, que no está en nuestro programa y que de momento la tenemos aparcada". Ha insistido en que dentro de las "limitadas" posibilidades económicas de la Comunidad, "que pueden ser menos en el futuro", el Gobierno aragonés "tratará" de mantener el servicio en "cantidad y calidad". El titular de Sanidad se ha referido, además, a la Ley de Dependencia como una de las prioridades del Ejecutivo de Rudi, una cuestión "básica" que, según ha afirmado, exigirá de "esfuerzos" para derivar recursos para esta finalidad. A su juicio, la Ley de Dependencia "es una ley muy bien redactada, con muy buenas intenciones, pero que adolece de falta de financiación".