Alcañiz se despertó ayer conmocionada con la noticia de que la familia propietaria del monumento al tambor lo había puesto a la venta en una inmobiliaria local. Sin embargo, un miembro de la familia propietaria del terreno donde se levanta la estatua del tamborilero metálico viajó ayer mismo de Zaragoza a la capital del Guadalope para entrevistarse con el alcalde, Juan Carlos Gracia, al que aseguró que ni el monumento ni la parcela en la que se levanta, de unas dos hectáreas, están a la venta.

El anuncio de la venta del terreno que alberga al tamborilero, verdadero símbolo de Alcañiz y de la Semana Santa del Bajo Aragón, apareció en el escaparate de una agencia situada junto a la carretera Nueva, pero se corrió la voz de que en realidad la oferta partía de otra inmobiliaria situada en Logroño.

Además, el precio parecía a primera vista ridículo para una parcela situada entre la N-232 y La Estanca, en una franja de tierra donde abundan los pinos: solo 48.000 euros por un emblema que se levantó en 1968 y que se ha convertido en uno de los hitos turísticos de la capital del Guadalope.

El miembro de la familia Soler, dueña del terreno, que ayer se desplazó a Alcañiz urgido por la extraña noticia aseguró al alcalde que no está a la venta. "Los Soler están indignados, no entienden lo que ha podido pasar", aseguró Gracia.

Además, la propiedad del espacio, que cae en la zona responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) por hallarse junto a una laguna, constituye una verdadera incógnita. El alcalde alcañizano sostiene que "en tiempos hubo una cesión al ayuntamiento", un dato que ahora habrá que verificar. "Además, está en un punto en que no se puede construir", añadió Gracia.

No es la primera vez que el monumento al tambor está en boca de todos los alcañizanos. Hace unos años se corrió la voz de que en ese lugar se iba a construir un parador, un plan que al final quedó en nada.