Los consumidores que estos días se acercan a determinadas cadenas de ropa en busca de prendas rebajadas se están encontrando con alguna que otra sorpresa. A diferencia del pequeño comercio y de los clásicos grandes almacenes, estas cadenas, cuya clientela es mayormente gente joven, no solo cuelga en gran parte de sus perchas lo que denominan ropa de temporada sin ningún tipo de descuento, sino que o bien han retirado determinado producto que no quieren colocar en rebajas o, directamente, lo mantienen a su precio o, incluso, amontonan y mezclan lo nuevo de este verano con las campañas anteriores.

El caso es que la bajada de las ventas como consecuencia de la crisis económica ha aumentado, con creces, el producto almacenado en buena parte de los establecimientos. Cada cual busca la manera de poder venderlo. Pero los consumidores están detectando un alto índice de irregularidades que escapa al control de las autoridades competentes.

Las rebajas para las franquicias y grandes cadenas comenzaron el 1 de julio. Y dos semanas después, sorprendentemente, parece haber llegado una nueva temporada de verano para muchas tiendas. Frente a ello, gran parte del pequeño comercio subsiste con grandes descuentos con los que cobrar un dinero para comprar la próxima colección. Basta con un paseo por las calles más comerciales de la ciudad para comprobar las diferencias.

La selva en la que desde hace años se ha convertido la campaña de rebajas ha favorecido, hasta ahora, al consumidor. El que se esquivara la normativa que prohíbe colgar el cartel de rebajas antes y después de determinadas fechas, publicadas por el Departamento de Comercio, con descuentos y campañas especiales está derivando en situaciones perjudiciales. Porque no todo vale en rebajas.

Hay una norma y unos requisitos que se tienen que cumplir. Para ello, el Departamento de Consumo abre una serie de inspecciones. Y hasta ahora, el resultado estaba siendo el cumplimiento mayoritario, por parte de los comerciantes, de dichas obligaciones.

Sin embargo, los consumidores que acuden a estas rebajas aseguran haber detectado manipulación del precio original, hinchándolo para que el descuento pareciese mayor. El propio presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), José Ángel Oliván, ya ha denunciado públicamente lo que considera unas "falsas y engañosas rebajas.

También dicen haber visto productos supuestamente rebajados que en realidad no habían estado en el comercio antes. La normativa en materia de comercio establece que para anunciar rebajas, al menos la mitad de los artículos deben contar con descuentos. Y que a pesar de los grandes reclamos con hasta el 70% de descuento, pocos son los productos tan rebajados. Lo que podría sugerir una publicidad engañosa.