El consejero de Hacienda y Administración Pública, Mario Garcés, ha afirmado hoy que se continuará con la reestructuración de empresas públicas iniciada por el anterior Ejecutivo y ha indicado que, "de momento", en ella no entra Aramón, la sociedad mixta participada al cincuenta por ciento con Ibercaja. En declaraciones a los medios tras el primer pleno de las Cortes al que ha asistido como consejero, Garcés ha subrayado que la reestructuración puesta en marcha por el anterior Gobierno es "el camino que hay que seguir", por necesidad y por "convicción", porque considera que los entes públicos tienen que prestar servicios públicos obligatorios. El Gobierno de Aragón, ha agregado, tiene "muchísimas participaciones" en entidades públicas o mixtas que no ofrecen servicios de interés público general y, en su opinión, los poderes públicos no están para sustituir a las entidades privadas y por eso se estudiará "cada caso". "No vamos a crear ninguna inquietud ahora mismo frívola. Vamos a analizar la viabilidad de cada empresa, la situación de personal, y trabajaremos con cada una de ellas siendo muy sensibles con los compromisos que haya, sobre todo de personal", ha señalado. Preguntado por si el objetivo es reducir las empresas públicas, ha indicado que la idea es "racionalizar", un "eufemismo que utilizan mucho los políticos" en el que se puede "incluir cualquier cosa", y aunque todavía no puede adelantar nada, ha indicado que "si hay que extinguir alguna persona jurídica, se extinguirá" y ha señalado que en esos planes "de momento" no entra Aramon. Ha comentado que una vez cerrados los equipos de la consejería, trabajarán todo el verano en el análisis de las empresas públicas y que espera que los resultados estén a final de octubre o principios de noviembre. En cuanto a la auditoría de las cuentas públicas, ha asegurado que es una "obligación" para conocer su estado "fidedigno", analizar todas las obligaciones que no están contabilizadas hoy y saber cuál es el montante de déficit que habría que adicionar a las cifras que hoy manejan la Comunidad y el Ministerio de Economía y Hacienda. Ha reconocido que habrá obligaciones no reconocidas, porque es "inevitable" en todas las Comunidades Autónomas, "gobierne quien gobierne", pero ha asegurado que la situación de Aragón no es comparable a la de Castilla-La Mancha y el nuevo Gobierno aragonés recibe "un legado mejor". "Las cosas hay que decirlas claramente", ha subrayado Garcés, quien ha especificado que en el caso de Aragón el problema deriva fundamentalmente del Plan Red de Carreteras, que hoy no es una deuda "real" que se tenga que atender, del gasto sanitario y de las empresas públicas. Ha agradecido al consejero saliente que haya dejado la lista completa de las facturas sanitarias pendientes de pago, de entre 240 y 250 millones de euros, ha indicado que existe también un problema con la dependencia, aunque no tan significativo desde el punto de vista cuantitativo, y ha advertido de que el Plan Red de Carreteras va a ser un problema "muy grave". Sobre este último asunto, ha asegurado que las obras no se pueden ejecutar en las condiciones en las que están formalizados los contratos, porque su incidencia en la contabilidad produciría un incumplimiento "seguro" de los objetivos de estabilidad presupuestaria, y por tanto hay que analizar cómo se afronta. El plan se estudiará con el consejero de Obras Públicas, Urbanismo, Vivienda y Transportes, Rafael Fernández de Alarcón, pero pero ha insistido en que la Comunidad no puede asumir el déficit que supondría imputar la ejecución de tres sectores a las cuentas públicas. En el caso de que sea "insostenible", ha agregado, no se podrá seguir con esos contratos y se negociará con las empresas las consecuencias económicas que pueda tener. "Vamos a sentarnos con ellas, vamos a analizarlo y vamos a ver qué consecuencias tiene", aunque no puede adelantarlas porque dependerá, ha añadido, del proceso de diálogo que tengan con las adjudicatarias. Por otra parte, ha agradecido a todos los directores generales que han trabajado en la anterior etapa en la Consejería porque son "magníficos", aunque ha indicado que habrá cambios "inevitablemente" y que no se podrá comenzar a trabajar hasta que no estén los nuevos equipos.