La socialdemocracia y la izquierda precisan de nuevas orientaciones, de renovar sus mensajes para volver a captar a la ciudadanía. Con esa certeza un grupo de ciudadanos, de diferentes ámbitos, llevan ya unos meses reuniéndose en las llamadas mesas de la convergencia. Su objetivo es poner en común y destilar todas aquellas ideas que unen a las fuerzas políticas de la izquierda. A partir de ahí, se podría concurrir conjuntamente a las elecciones generales para tratar de hacer frente al avance de la derecha.

Pero los comicios no son su principal objetivo. Las mesas de convergencia reúnen a colectivos y ciudadanos de diferentes tendencias. Han celebrado ya encuentros en Zaragoza, Jaca y Alcañiz. Pero de momento se mueven en el plano teórico. Los encuentros han convocado a gente diversa, desde miembros de sindicatos y asociaciones, a militantes de diferentes partidos políticos. El movimiento que nace casi al mismo tiempo que el 15-M y que las reivindicaciones de Democracia Real Ya, tiene ya presencia en todas las comunidades autónomas.

Detrás de las mesas de convergencia late el hartazgo acumulado en muchos sectores de la sociedad hacia el funcionamiento de la política y la democracia. Su portavoz en Aragón es el profesor universitario, Juan Manuel Aragüés. "Creemos que economía y Estado deben ir de la mano, frente al dictado actual de los mercados. Queremos que la justicia social rija la acción política y que la crisis no la paguen los ciudadanos", explica.

La unión entre los partidos vendría orientada, en el caso de Aragón, hacia CHA e IU, a los que se podrían sumar otras fuerzas. "Pensamos que hay puntos de coincidencia desde los que es posible partir, dejando de lado las diferencias", cuenta Aragüés. De la propuesta quedaría excluido el PSOE. "Ahora mismo los socialistas son irrecuperables porque es el arma que están utilizando los mercados para poner en marcha sus políticas", reconoce este profesor de Filosofía.

Por ahora no ha habido contactos con los partidos. Se deja para después del verano, cuando las mesas de convergencia retomarán su actividad. "Esperamos que haya una buena acogida, aunque solo sea por la posibilidad de conseguir representación en Madrid", subraya Aragüés. Pero en caso de negativa, esta iniciativa "seguirá adelante". "Somos los ciudadanos los que debemos incidir en la clase política, realizar propuestas", admite. El fin no es por lo tanto electoral sino ideológico. Sus propuestas tienen las miras puestas en el futuro y en la necesidad de que el avance de la derecha y de la política neoliberal de corte clásico y tecnocrático merece una respuesta ciudadana.