El movimiento de piragüistas que está surcando el Ebro para reivindicar la calidad ecológica de los ríos, apuntó ayer como principales amenazas actuales para el río el abuso de dragados en su cauce y los efectos de la experimentación con transgénicos en Aragón

"En lugar de adaptarnos nosotros al río, hemos adaptado el río a nosotros", resumió Paco Iturbe, participante y portavoz en Aragón, acerca de las limpiezas "caprichosas" del lecho fluvial en la capital aragonesa, en especial en esta época del año, con el objetivo de que pueda ser surcado por un tipo concreto de barcos. "La navegación es maravillosa, pero hay que hacerla con un barco que se adapte al río", aseveró Iturbe y añadió que además es un gasto "tremendamente costoso que acaban pagando los ciudadanos con sus impuestos", ya que el ayuntamiento paga a la empresa responsable de las embarcaciones una cantidad fijada si no alcanza la cuota de beneficios". El portavoz se manifestó también en contra del embalse de Biscarrués.

"Tenemos un modelo de agricultura que no alimenta a las personas", aseveró Nacho Escartín, coordinador del área de agroecología de la asociación en Zaragoza, al tratar el tema de los transgénicos. Aragón es, según los ecologistas, "la comunidad autónoma con mayor superficie de estos cultivos peligrosos para la salud y la biodiversidad" y el maíz es el alimento que más se modifica en la región.

La marcha comenzó su viaje en Fontibre el 9 de julio y lo finalizará el día 30 del mismo mes en el delta del Ebro. La bicicleta ha sido el medio de transporte más utilizado hasta el momento por el grupo en el que participarán en total 200 personas, de las cuales, harán todo el trayecto junto a unas 80 que diariamente se unen en diferentes etapas. A lo largo del recorrido realizan diferentes actos reivindicativos en defensa de la naturaleza. Hoy se une a ellos en Zaragoza la columna ciclista Ríos Vivos proveniente de Biscarrués.