Los que le conocen bien aseguran que le pueden las ganas de transmitir al mundo lo que hay por el mundo y que su amplitud de miras es tan grande o más como su vocación docente. Nacho Martín, un profesor de Química y Ciencias Naturales de ESO en el colegio Jesuítas, ha solicitado la excedencia para destinar los próximos trece meses a dar la vuelta al mundo como mochilero.

Pero la experiencia no es nueva. De hecho, ya lo hizo en el año 2003, aunque, entonces, el itinerario transcurrió por el hemisferio norte. Ahora, el destino serán las Antípodas, a las que tratará de llegar con lo justo, con escasa ayuda económica y trasladando sus vivencias a través de las redes sociales y de su blog nosvamosdeviaje.com. Además, esta vez no irá solo. Su pareja, Adriana, le acompañará en una aventura que apura su cuenta atrás. Mañana es el gran día. "La primera noche de hotel la pasaremos en Chipre porque por Europa pasaremos rápido. Luego llegarán Asia, Nueva Zelanda y Suramérica", cuenta Nacho, ansioso por empezar a caminar.

Sí al avión

Aún existe otra diferencia más respecto al viaje anterior, en el que el profesor aragonés no utilizó el avión, una decisión que ha revisado. "Porque no quiero problemas en Afganistán o Pakistán". No será el único medio de transporte que utilice. Tren, autobús, motocicleta o cargueras le conducirán hacia su destino en un viaje que esconde numerosas dificultades. "No me obsesiona la seguridad porque hay desalmados aquí y allá, pero tengo un seguro médico y lo que más me preocupa es la salud, aunque me puede más la ilusión de acudir, por ejemplo, a la isla de Pascua".

No hay miedo. Ni siquiera cuando recuerda que el tsunami que asoló el sudeste asiático en las Navidades del 2004 arrasó la playa en la que él se había alojado justo un año antes. "Pero también ha habido un terremoto hace poco en Lorca, así que nunca se sabe".

El capricho no le saldrá barato. La primera vuelta al mundo le supuso un desembolso de 14.000 euros, una cifra similar a la que destinará ahora, aunque esta vez dispone del respaldo de la firma aragonesa Cafés Orús, empresa colaboradora que actúa a modo de "ángel de la guarda", según los responsables de la compañía, que intervendrá únicamente si surgen incidencias o emergencias en los próximos 13 meses de aventura.

En vísperas del gran día, Nacho ya se frota las manos. A la vuelta contará la experiencia a sus alumnos "aunque no soy el profesor pesado que no para de contar historias de sus viajes, sino que prefiero contar anécdotas de vez en cuando para relajar las clases". De momento, se prepara para aumentar la nómina de países que ya ha visitado. "Ya son más de cien y seguimos haciendo camino", apunta Nacho, que cumplirá los 41 en plena ruta. "Esta es mi forma de combatir la crisis de los 40 y ahorro para esto. Unos se compran un coche, pero yo uso uno de gama media porque prefiero ahorrar para esto".

Nacho acumula 18 años dando clase, pero mañana el mundo le enseñará una nueva lección.