Seis meses después de su apertura, el consultorio médico de Garrapinillos sigue sin personal administrativo. La alcaldía solicitó ya hace un año al Departamento de Salud de la DGA la asignación de un trabajador que hiciera esta tarea. Pero esta petición aún no ha obtenido respuesta. "Un ambulatorio que tiene más de 5.000 tarjetas sanitarias necesita un empleado de administración para agilizar los trámites y mejorar el servicio", afirmó el alcalde pedáneo, Mariano Blasco.
El barrio rural solicitó este administrativo en horario de mañanas para que se ocupara de administrar las citas y las consultas y, en definitiva, para que sacara adelante la burocracia del centro de salud. Hasta ahora estas gestiones se controlan desde el ambulatorio de Miralbueno.
Blasco señaló que la incorporación de este profesional al consultorio de Garrapinillos "descargaría" al resto de empleados y proporcionaría un servicio "mucho más ágil", ya que estaría en el mismo barrio rural para resolver los problemas. Mariano Blasco confía en que ahora que se ha configurado el nuevo gobierno, den una solución al problema y asignen por fin un administrativo a Garrapinillos.
El consultorio ha estado desde el principio rodeado de polémica. Su apertura se retrasó casi un año, y cuando se inauguró, no estuvo a pleno rendimiento hasta un mes después, por algunas deficiencias. La empresa que lo construía quebró antes de acabar la obra y dejó algunos remates y la instalación de la red eléctrica y de fontanería sin realizar.
Los vecinos llegaron incluso a amenazar con una manifestación si no se concluían los trabajos. Incluso la propia apertura estuvo marcada por la controversia porque un grupo de trabajadores se manifestó durante el acto para exigir el pago de sus sueldos.
Durante todo el tiempo que duró este proyecto, los residentes del barrio rural pasaban consulta en el centro de mayores, que hubo que adaptar para poder ofrecer este servicio. Ahora este edificio tiene que volver a ofrecer sus usos habituales y está pendiente de algunas modificaciones.
