--El día 19 todo el mundo se asustó con el colapso en el centro por las obras del tranvía. ¿Cómo se vivió desde TUZSA?

--Esperábamos un día difícil y lo fue, pero fue más sorprendente que al día siguiente fuera todo infinitamente mejor. Nuestras frecuencias desde el miércoles se han normalizado.

--¿Se ha reducido el número de vehículos en la calle?

--Sí, pero porque en julio la demanda también baja. El descenso de vehículos siempre es inferior al de la demanda real, que baja mucho más que la oferta. ¿Excesivo por las obras? No. Vimos que el paseo Constitución era un punto difícil pero que podía albergar todas las líneas. Ahora funciona con normalidad, pero en septiembre habrá que estar atentos por si tenemos que adoptar medidas.

--Y en septiembre, ¿qué escenario espera y cómo pondrá TUZSA mejores frecuencias para dejar el coche en casa sin saturar las zonas en obras?

--Movilidad está buscando posibles soluciones si empeora. Hay varias posibilidades. En septiembre hay más flota en la calle y seguro que habrá que adoptar alguna medida adicional. La idea es potenciar el transporte público urbano.

--¿Restricciones de paso?

--Esa es una alternativa pero antes hay otras. Hay que evaluar en qué grado empeora. Se pueden modificar pasos semafóricos, rutas alternativas para el tráfico privado y líneas de autobús... Lo que nunca se baraja es reducir el número de autobuses en la calle, al revés.

--Esta semana, el alcalde anunció la reducción del número de kilómetros recorridos. ¿Ya saben de dónde recortar?

--No. Es una de las medidas para reducir costes, pero también que hay que llevarlo a un debate vecinal. TUZSA aboga también por ser eficaces y rentables, que sea acorde la oferta a la demanda. Si manteniendo la calidad del servicio podemos ahorrar algún euro, lo haremos. Es cierto que hay franjas horarias o servicios de fin de semana que están sobredimensionados. Pero hay que estudiarlo y hablarlo con los vecinos, e intentar que el servicio sea más sostenible y rentable.

--¿También considera que abandonar la fórmula del precio por kilómetro en la nueva contrata es un cambio razonable?

--Las nuevas contratas están metiendo un mix de criterios y desde hace años se están introduciendo objetivos y bonus-malus por calidad y por viajeros. Estamos abiertos a cualquier fórmula, llevamos 126 años prestando el servicio en Zaragoza y queremos seguir haciéndolo. Nos amoldaremos a las condiciones que haya.

--¿Cómo explica que con uno de los billetes más baratos de España se pierda viajeros?

--El billete es el más económico pero además el coste del servicio es un 40% más barato que el de las otras cinco grandes ciudades de España. Todas las ciudades han perdido viajeros hasta el 2010. Ahora la situación es plana. Los que se han perdido es porque está el tranvía, que va a mover a muchos viajeros que antes llevaba el autobús. Pero sumando ambos medios, no solo no se pierden sino que la tendencia es al alza.

--¿Cuántos viajeros le ha podido robar el tranvía al autobús?

--Está moviendo más de 30.000 viajeros al día, de los cuales más del 90% antes usaba el autobús. Y cuando llegue a Parque Goya lo usarán más de 100.000. Cuando llegue el momento nos sentaremos a trabajar en la reordenación de líneas, pero no tiene por qué suponer una reducción de kilómetros. Habrá líneas que recortar, pero también otras que reforzar y otras que crear nuevas para mejorar el servicio o llevarlo a Parque Goya, Arcosur o Parque Venecia. Somos conscientes de que tendremos menos mercado con el tranvía pero no debemos competir sino ser complementarios.

--¿El conflicto entre la dirección y el comité de empresa le perjudica en la nueva contrata?

--Creo que no afecta. Es un tema interno que por desgracia se repite cíclicamente y que se solucionará antes. Soy optimista, creo que será en breve. Un convenio para 1.200 trabajadores no se cierra en dos horas.

----En dos horas quizá no, pero es que llevan casi dos años.

--Es cierto, pero todos los paros han bloqueado esa negociación. Lo que le pido al comité es que valore bien nuestra oferta porque es muy buena. Si se firma ahora, cada trabajador cobraría 2.500 euros más de media, 1.500 en la subida del salario y otros 1.000 de atrasos. No somos unos inconscientes, no podemos darles lo que piden, porque sería llevar a la empresa a una situación muy difícil.

--¿Entiende el malestar creciente que se vive en la calle?

--Lo entiendo y pido disculpas por ello, pero somos una empresa que damos un servicio público y si paran los trabajadores hay afecciones al ciudadano.

--¿Y si el ayuntamiento le pide hoy sentarse las tres partes?

--No nos ha dicho nada, pero las relaciones laborales de una empresa privada con sus trabajadores deben resolverse de puertas para dentro. Nunca ha habido intervención directa.

--¿Qué le parece el nuevo consejero de Obras Públicas del Gobierno de Aragón (Rafael Fernández de Alarcón, exconsejero delegado de TUZSA)?

--Ha tomado una decisión personal y le deseamos que le vaya bien. Tiene una gran valía y experiencia. Estas cosas siempre sorprenden, porque son decisiones rápidas, pero no es la primera vez que desempeña un cargo similar y lo hará bien.