Las grutas de Molinos fueron descubiertas el 1 de abril de 1961 por José y Francisco Subils y Francesc Cardeña. En las inmediaciones del pueblo se abren galerías subterráneas que se extienden a lo largo de 620 metros, plagadas de estalactitas y estalagmitas y otras formaciones con formas curiosas. Las visitas a estas cavidades empezaron ya en los años 60. Pero entonces no estaban iluminadas y los visitantes, acompañados por un guía, tenía que utilizar linternas para orientarse en el laberinto de pasillos. Esta circunstancia hacía que los grupos fueran muy reducidos, de solo cuatro personas. En los 80 se instaló alumbrado y fue posible abrir las grutas a mayor número de personas. Molinos pertenece a la Asociación de Cuevas Turísticas Españoles, que vela para que la afluencia de público no degrade las formaciones.