Scouts-Aragón solicita la mediación del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y del Instituto Aragonés de la Juventud para evitar el desalojo impuesto el pasado viernes por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que dio cuatro días de plazo para que los 500 jóvenes del centro scout de Griébal abandonen el pueblo.

Para esta mañana está prevista una reunión de los responsables de la acampada con el Ayuntamiento de Aínsa en la que los scouts piensan solicitar un encuentro urgente con la CHE para que, con el apoyo de la DGA, se pueda reconducir la situación y frenar un desalojo por, según la CHE, existir riesgo de incendio.

Además, los scous esgrimen que el informe presentado por la confederación es anterior a la visita que el Instituto Aragonés de la Juventud realizó al lugar de la acampada el pasado 7 de julio y en el que se valoraba la realización de medidas llevadas a cabo por el grupo de Griébal para mitigar el riesgo. "Estamos dispuestos a cualquier cosa para aumentar la seguridad del centro, a aumentar las patrullas nocturnas o lo que sea necesario, pero no se puede imponer eso mediante un informe el 15 de julio", expusieron.

Ayer, el Consejo Nacional de la Juventud de Aragón (CNJA) defendió la permanencia del centro y afirmó que cumple "estrictamente" la legalidad. Además, el CNJA subrayó que se "ha recibido una inspección favorable" y exigió "una legislación actual y coherente", a la vez que exhortó a la DGA a ejercer la labor "de inspección, control y asesoramiento".

En su opinión, el problema que puede desencadenar la repatriación de unos 500 menores de varias nacionalidades "no es achacable a Scouts de Aragón sino a una pésima colaboración entre administraciones" y añadió que "la actividad se notificó y se obtuvo la autorización por silencio administrativo". El aluvión de cartas y peticiones para que se mantenga el campamento fue numeroso, incluso de entidades scouts británicas, francesas y belgas.