El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, aseguró ayer que el preso de la cárcel de Teruel fallecido, tras permanecer cinco meses en huelga de hambre, no careció en ningún momento de asistencia sanitaria, psicológica y religiosa. El Justicia explicó que, a pesar de que la competencia de la custodia y asistencia a presos es competencia de la administración central, estuvo "pendiente" en todo momento de la situación del interno de la cárcel de Teruel, un marroquí condenado a 16 años por agresión sexual a una menor de 13 años y robo con intimidación.

En este sentido apuntó que el cumplimiento de la orden judicial para alimentar al recluso, que se declaró en huelga de hambre para solicitar una revisión de su sentencia al entender que la valoración de las pruebas no había sido correcta, estuvo en todo momento supervisada por un juez y un fiscal.

Además, según el Justicia, el preso fue visitado en varias ocasiones por los servicios consulares de su país, y recibió asistencia psicológica así como atención religiosa. García Vicente comentó, asimismo, que la gravedad de los delitos imputados y la pena impuesta al recluso le impedían acceder al tercer grado penitenciario, dos años y medio después de ser condenado.

Respecto a las peticiones del preso fallecido, se mostró contrario a la posibilidad de revisar las condenas de los jueces al margen de los cauces legales establecidos. En su opinión, "es lamentable que un preso muera, pero cuando una persona se quita las vías intravenosas (de alimentación), llega un momento en que todo depende de él mismo".

El fallecido, Tohuami Hamdaoui, de 41 años y nacido en Tamime (Marruecos), ingresó en la prisión de Alicante el 21 de febrero de 2009 para cumplir una condena de 16 años por agresión sexual a una menor y robo con violencia. El recluso negaba su participación en los hechos por lo que fue condenado, pese a que la víctima le reconoció como el autor de la agresión sexual.