Finalmente el grupo scout del centro de Griébal dejará el pueblo este sábado y se trasladará a las inmediaciones de las piscinas municipales de Aínsa. La Confederación Hidrográfica del Ebro ordenó el viernes pasado el desalojo de los jóvenes por considerar que el emplazamiento no reunía las condiciones suficientes de seguridad ante un posible incendio.

De los 500 acampados actuales, provenientes de 7 países distintos, solo quedarán 200 hasta el 26 de agosto, fecha fin de las actividades de verano, que además serán menores de las previstas. En estos días ya se enviaron a muchos de los jóvenes a sus hogares, y a los grupos que iban a llegar a principios del mes que viene "se les ha pedido que no vengan", según afirmó ayer Esteban Urgel, presidente de Scouts Aragón.

"Podíamos haber pasado perfectamente la época de verano y aplicar las medidas pertinentes en otoño", apuntó Urgel durante la rueda de prensa que también afirmó sentirse "triste" y "con rabia contenida" por verse en la obligación de tener que acatar la orden de la CHE. En los 25 años de historia del centro, nunca habían tenido un "informe negativo" por parte de la Confederación, afirmó el presidente.

Por otro lado, el representante de los scouts afirmó que quieren que "esto sea una oportunidad y no una amenaza". El cálculo del perjuicio económico para la asociación, según el portavoz, ronda entre los 20.000 y los 30.000 euros. Sin embargo, en su opinión el mayor daño es que desaparezca la confianza en la seguridad de las actividades que organizan, que se pierda el "esfuerzo tremendo de promoción" de Griébal y que las 50.000 personas que durante 25 años han colaborado con los scouts en la revitalización del pueblo vean que "su trabajo voluntario se va a cerrar".

REIVINDICACIONES En nombre de este "centro internacional" quisieron mandar un mensaje de tranquilidad a las familias de los 2.000 jóvenes scouts acampados en Aragón, y agradecieron el apoyo recibido "de todas partes del mundo". Por otro lado reafirmaron que no van a "abandonar el centro urbano" de Griébal y su intención de reabrir el campamento en el 2012. Pidieron también "el compromiso de las instituciones con la juventud" y la revisión de "la ley actual sobre estas actividades, que es obsoleta".

En protesta por lo que consideran una decisión "injusta", alrededor de 150 personas con pancartas de apoyo al campamento se concentraron ayer por la tarde en el Instituto Aragonés de la Juventud, en donde Urgel leyó un manifiesto.