La primera generación de la molesta mosca negra ha comenzando a volar por las riberas de Zaragoza. De momento, no se tiene constancia de mordeduras a vecinos. Los expertos afirman que estos primeros insectos "pasan más desapercibidos, porque nacen en pequeñas cantidades y están muy localizados". Y para prevenir la plaga de picaduras del verano pasado, Salud Pública del Gobierno aragonés se ha puesto ya a coordinar un plan con el ayuntamiento y la universidad. Aunque los entendidos advierten que para exterminar a esta mosca sería imprescindible un tratamiento más allá del término municipal.

"La mosca negra ha ido, poco a poco, colonizando el río Ebro. Y tenemos que pensar que ha venido para quedarse. Más aún con un caudal hidrológico como el de este año, que es bajo y con muchas algas, y que no ha sufrido grandes crecidas", asegura el profesor de la Universidad de Zaragoza, Javier Lucientes.

El año pasado fue a partir del mes de junio cuando los picotazos comenzaron a detectarse en masa. Y el Ayuntamiento de Zaragoza se vio obligado a fumigar las riberas y piscinas municipales con un insecticida biológico. Un tratamiento larvario que resultó muy efectivo allí donde se aplicó, con un éxito cercano al 95%, pero "que no exterminó a la mosca", añade Lucientes.

Este año se sabe que los problemas aparecerán con la segunda generación de estos insectos, la que nazca de los cientos de miles de huevos de la primera puesta. Y se verán enfatizados con la tercera generación, "la más molesta".

De ahí que Salud Pública haya decidido crear una comisión de coordinación, de la que falta por saber el dinero con el que cuenta para luchar contra esta plaga en un año de ajustes presupuestarios para todas las administraciones e instituciones.

"Lo primero es saber el momento adecuado para realizar el tratamiento, ya que tiene que aplicarse en la fase larvaria de la mosca negra, ni antes ni cuando ya son adultas", explica el profesor Lucientes.

Hay que recordar que el tamaño de la mosca negra es algo menor que el de la doméstica. Y que es la hembra la que pica, más bien muerde, a personas y animales porque necesita la sangre para el desarrollo de los huevos.

"No hacemos nada si los esfuerzos se centran en una zona, porque los insectos no tienen fronteras. Y esta mosca vuela en un radio de entre 20 y 30 kilómetros", advertía Lucientes el pasado año. De hecho, hay presencia de mosca negra tanto aguas abajo como aguas arriba de Zaragoza.