Es tiempo de crisis, es tiempo de emprendedores, es tiempo de mujeres. Sobre estas tres ideas ha pivotado el Foro nacional sobre liderazgo femenino y empresa, que se celebró ayer en Zaragoza. Diversos ponentes se enfrentaron a un público mayoritariamente femenino para decirles que ellas también pueden y deben ser líderes y emprendedores.

Esto último está de moda. Los pequeños y medianos empresarios abanderan el proyecto político y económico del actual Gobierno. Y entre ellos también están las mujeres, vino a decir el foro. No en vano, pese a que las mujeres sí están en igualdad de condiciones entre las nuevas generaciones, no es así cuando la edad aumenta. "No hay tantas mujeres que desde el paro se animen a emprender", indicó María López, vicepresidenta de la Cámara de Comercio, entidad organizadora del congreso.

López no fijó objetivos concretos para el foro. De hecho, no los tenía. "Queremos hacer ver que estamos mezcladas con los hombres, que hay un liderazgo diferente en función de si eres hombre o mujer, cómo podemos complementarnos", indicó la organizadora.

El congreso tenía mucho de motivación psicológica para las féminas. Al fin y al cabo, uno de los temas a tratar fue Mujer. Pensamiento y Emoción. Aquí destacó la charla de Carme García-Ribas, profesora de la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra y directora del máster en liderazgo en femenino de la misma institución.

En una conferencia que contó con mucha participación por parte del público, habló del miedo que atenaza a la mujer, desde una perspectiva social, a la hora de erigirse en líder. "Nos han dicho que tenemos que ser iguales", indicó. Para ello, se basó en la teoría del círculo perverso: la mujer tiene miedo al rechazo, se somete a los estereotipos, se siente culpable y se castiga.

¿Cómo hacerlo? "Autorizándonos a nosotras mismas". O lo que es lo mismo, que cada una se autorice a ser feliz, a emprender, a fallar y a ser única. A no infravalorarse, especialmente, con el objetivo de, en un nuevo paradigma social, alcanzar el liderazgo femenino. "Respira y sonríe", aconsejó a todas las mujeres, al final de su intervención.