La magistrada del Juzgado de lo Penal número 3 de Zaragoza ha ordenado el decomiso del coche con el que C. M. R. A., de 42 años, condujo la tarde del 9 de enero dando volantazos por el paseo del Canal con sus tres hijos de 1, 3 y 4 años a bordo.

La jueza declara a la mujer autora de un delito de conducción temeraria y le impone una condena de diez meses de cárcel, dos años de privación del derecho a pilotar vehículos de motor y la pérdida de la vigencia de su carnet de conducir. Es decir, que si dentro de dos años quiere volver a sentarse al volante deberá examinarse de nuevo.

POSESIÓN "Mantenerla en la posesión del vehículo es un peligro que debe erradicarse", señala la sentencia, que también recoge que la mujer, pese a su adicción al alcohol, deja en ocasiones de tomar la medicación para repelerlo. Esa conducta, añade, evidencia que "en momentos puntuales" se convierte "en un serio peligro para la identidad de sus hijos, de terceros y la suya propia".

La magistrada concluye que la mujer, que quintuplicó la máxima tasa de alcoholemia tolerada --marcó 1,21 y 1,26 miligramos por litro de aire espirado--, condujo con "temeridad manifiesta" y generó un "peligro concreto" tanto para sus tres hijos como para el peatón que estuvo a punto de atropellar y para la conductora del turismo que circulaba detrás del suyo, que se vio obligada a circular a una velocidad anormalmente reducida para evitar una colisión.

La sentencia avala la postura de la Fiscalía y de la acusación particular, ejercida por la abogada Pilar Polar en nombre del exmarido de C. M. R. A. Ambas partes sostuvieron en el juicio que la mujer cometió un delito de conducción temeraria al haber provocado riesgos concretos para los niños y para otros usuarios de la vía pública. El exesposo ha pedido la custodia de los niños en exclusiva.

Por el contrario, la magistrada desestima la tesis de la defensa, que mantuvo que se trató de un delito básico contra la seguridad vial porque no llegó a crear riesgos concretos para ninguna persona.

La defensa solicitó una retirada del carnet y una pena de cárcel que fuera sustituida, como medida de seguridad, por el ingreso de la mujer en un centro de desintoxicación para someterse a un proceso de deshabituación del alcohol.

El letrado de C. M. R. A. se opuso al decomiso del vehículo alegando que esa medida dejaría a la mujer en una angustiosa situación económica, ya que tiene pendientes de pago las letras de 300 euros mensuales de más de cuatro años.