--¿Por qué se llama la mala semilla?

--Porque en uno de los juicios que tienen lugar en 1645, el ayuntamiento de Huesca lo denomina como la mala semilla.

--¿Es un fenómeno local aragonés?

--Prácticamente, porque este tipo de personajes existen en toda Europa, pero no hay procesos como en Aragón. Aquí es dramático porque las ahorcan, aunque no las queman. En Aragón y Cataluña, vinculado al Pirineo, claro.

--Este fenómeno nace en pleno reinado de los Reyes Católicos.

--Sí, en territorio foral. Pero la acción de la justicia es local, de los ayuntamientos, no tanto de la Inquisición. La Inquisición se crea en el siglo XIII controlada por la Iglesia, pero fomentada por los Reyes Católicos, como martillo de maléficos, y casualmente coincide con el nacimiento de la imprenta.

--Ya sabe que existen varios estudios sobre el tema: ¿qué aporta el suyo?

--Que frente a la idea de la Inquisición muestro que estos juicios eran locales. Y que no suceden solo en aldeas del Pirineo, porque en Jaca, Sabiñánigo o Huesca hay numerosos casos. Y además, señalo que la tortura no era frecuente, se las enviaba directamente a la horca.

--¿Esas mujeres sabían que eran brujas?

--Hombre, las brujas eran chivos expiatorios... Muchas veces eran curanderas, sanadoras, y claro, sabían que esas actividades no estaban bien vistas. Por otra parte abundó la delación por envidia, cosa de todos los tiempos.

--¿Orgías, akelarres?

--Eran solo fruto de la fantasía. Se utilizaban como denuncia pero no existían.

--¿Por qué en otras partes no sucedía, no se daban estos casos?

--Eso es interesante, porque realmente de Huesca hacia abajo no se dieron apenas casos. No lo sé. Pero lo que sabemos es que estas ejecuciones a veces masivas, coincidían con etapas de crisis sociales. En 1574, en tres años, se ahorcan a 37 mujeres, y coincide con una abundancia de bandolerismo...

--En Las Paules, por ejemplo, hay otros casos.

--Claro, hay 24 ejecutadas en dos meses, una barbaridad. Tres meses antes han decapitado al Justicia en Zaragoza...

--Creo que hay casos que darían alimento para una novela.

--Sin duda alguna. Solo viendo el índice del libro se detectan esos casos, como el del niño de nueve años de Monzón que denuncia a su madre.