Diego Celma, licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad San Jorge, ha dirigido su actividad profesional a proyectos que combinan su pasión por conocer distintas culturas y religiones, su afición por el deporte y su trabajo en el sector de comunicación.

Su primer contacto con la embajada de España en Quito (Ecuador) surgió a través de una beca que le permitió trabajar en el departamento de prensa realizando dossieres diarios, monitorización de contenidos televisivos y gestión de redes sociales.

Esta experiencia le abrió las puertas para conseguir otra beca que le llevaría a la otra parte del mundo, Nueva Delhi. «En el caso de India también me ocupaba de proyectos culturales, lo cual a pesar de no estar relacionado con mi campo, también fue muy enriquecedor. Además, tuve el placer de poder participar en la organización y coordinación de la visita oficial del Rey Juan Carlos a la India en el 2012».

La posibilidad de trabajar en misiones diplomáticas de España en diferentes países «ha sido una experiencia inolvidable» y añade que «salir al extranjero ha sido una de las mejores decisiones de mi vida». Tras su estancia en estos países, recuerda que «en Ecuador lo que más me sorprendió fue la calidez de la gente, hice amigos para toda la vida en apenas cinco meses, y en plenos Andes comenzó mi amor por el montañismo».

Por su parte, en la India «me impactó la gran distancia que existe entre ambas culturas y la dificultad para entrar en sus círculos ». Además, «la comida muy picante, el concepto diferente de limpieza de las calles, el tráfico caótico, los olores fuertes, la religiosidad exacerbada, la contaminación y superpoblación, la pobreza y miseria que ves cada día... hace que la vida sea dura».

El amor por el montañismo es otro de los aspectos que definen a Diego Celma, ya desde pequeño seguía a Pauner, Pasabán y Oiarzabal. «Cuando me dieron la beca para Ecuador me informé sobre la orografía del país y me di cuenta de que tenía que aprovechar la oportunidad y tratar de ascender algún cincomil», destaca Celma.

El Cotopaxi fue la montaña más comprometida que ascendió, después el Chimborazo, de 6.310 metros, sin embargo se quedó a 200 metros de la cima. Posteriormente, Diego Celma realizó una expedición en Nepal, en la que el clima le impidió coronar el TharpuChuli. Finalmente, el pasado mes de mayo este egresado de la USJ recorrió en bicicleta desde Delhi hasta la frontera con China, atravesando parte de los Himalayas a orillas del Ganges, «una experiencia inolvidable para la que conté con el apoyo de varios patrocinadores».

Actualmente, Celma trabaja en Zaragoza y tiene dos nuevos objetivos, viajar a Marruecos para ascender el Toubkal para lo que está buscando patrocinios, y regresar al Chimborazo (Ecuador) para tratar de alcanzar su cima. Además, «escribo mensualmente en la sección El Viajero de El País y sigo trabajando en mi blog www.historiasdediequito.es donde están recogidas ambas estancias en el extranjero, 400 artículos repletos de fotografías y un sinfín de vivencias».