El cerebro de la trama, el israelí Avraham Rafaeli, se encuentra en paradero desconocido, por lo que no se sentó en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza con los otros nueve acusados. Su empresa, Spabel Márketing, que carece de personal y está domiciliada en un centro de negocios de Barcelona, devengó en el 2005 más de doce millones de IVA por género supuestamente suministrado por una firma polaca y otra chipriota que luego vendía a las empresas de los Vispe. En la trama participaron empresas de otros paraísos fiscales como Suiza, Lituania y las Antillas Holandesas. Algunas de ellas operaban con un banco investigado por participar en operaciones de blanqueo.