La localidad de Aliaga, en las Cuencas Mineras, lleva varios días sin poder utilizar el agua corriente para consumo humano tras detectarse un olor a gasóleo que sembró una gran inquietud entre los vecinos. Mientras los técnicos buscan la causa del problema, los habitantes compran botellas de agua en los comercios de la zona y viajan a otros pueblos para proveerse de reservas suficientes.

Este suceso podría estar relacionado con el hecho de que en fechas recientes se limpió el depósito de agua. De momento, todo depende de unos análisis que se han encargado y que determinarán si existe presencia de sustancias nocivas para la salud en la red de suministro, según indicó el alcalde, Sergio Uche.

SIETE DÍAS "El problema está en el agua caliente, que es la que huele mal", señaló ayer un vecino. "El agua fría parece que está bien", añadió.

En las tiendas de comestibles y supermercados se han agotado las existencias de agua de todas las marcas. Además, no faltan los residentes que se desplazan a las poblaciones de Jarque de la Val y Mezquita de Jarque para llenar bidones en las fuentes y en casas de amigos y conocidos.

"De esta forma vamos capeando el problema y tenemos agua para todas nuestras necesidades", manifestó una vecina en declaraciones as Aragón Televisión.

Los problemas empezaron hace siete días, aproximadamente, y todos en Aliaga confían en que pronto se dé con la causa del mal olor para volver a la normalidad.

El caso de contaminación ha causado una gran extrañeza en la zona, dado que se trata de un municipio con numerosas fuentes en su término y que nunca había tenido que hacer frente a dificultades en el suministro de agua apta para el consumo humano.